Gradualidad. Esa fue una de las sugerencias que varios expertos les hicieron a los parlamentarios que tramitan la reforma escolar para el fin de la selección.
Así, en las últimas indicaciones del Ejecutivo se propuso que para el año 2017 no haya selección de alumnos en una región de menos de 300 mil habitantes -podrían ser Arica, Aysén o Magallanes-, para avanzar gradualmente al resto del país.
Según el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, esta decisión se tomó “a objeto de evitar que si se producen algunos errores, sean de carácter masivo”.
¿Pero cómo es el panorama en estas regiones? Según un análisis de Felipe Salazar, académico del Centro de Políticas Comparadas en Educación, de la UDP, Aysén y Arica son dos de las cuatro regiones con mayor proporción de alumnos en colegios particulares subvencionados, con 57 y 56% de inscritos, respectivamente.
Además, el 83% de los planteles subvencionados de Aysén y el 79% de las escuelas de Magallanes piden requisitos de postulación asociados al estatus socioeconómico, siendo los mayores niveles en el país. Y el 51% de las escuelas subvencionadas en Arica piden este tipo de antecedentes, siendo el más bajo de Chile.
A pesar de estos datos, Salazar sostiene: “No creo que la elección de estas regiones afecte el proceso de eliminación de la selección. Al contrario, a pesar de lo que muestran las proporciones, estas regiones parecen las más adecuadas para partir, pues son las que tienen menor número de matrícula a nivel país”. Y añade: “Es razonable que los cambios sean graduales, pues permiten la adecuación de las medidas a los desafíos que se presenten”.
Otro punto a analizar son las vacantes en los establecimientos de esas zonas, y según Acción Educar, los cupos disponibles oscilarían entre un 18 y un 35% en Aysén, y en las otras regiones sería similar, según Raúl Figueroa, director de la entidad. Ante esto, “uno podría apreciar que los procesos de selección en esas zonas no generan inconvenientes, porque hay disponibilidad en los colegios”, dice Figueroa.
Y añade que “se ha optado por la transición para pilotear de mejor manera los cambios, pero a mi entender, es poco lo que se puede pilotear, porque los cambios sustanciales no van a ser notorios (…) y da la impresión de que se busca dilatar la entrada en vigencia de las modificaciones”.