Familias de jóvenes rancagüinos que postulaban al Liceo Bicentenario Óscar Castro con promedios sobre 6,0 aseguran que siguen sin colegio.
‘¿Cómo les decimos a los jóvenes que da lo mismo lo que se esforzaron, que un algoritmo, el azar, va a decidir todo?’, planteó la ministra de Educación, Marcela Cubillos, en una entrevista publicada ayer por el ‘El Mercurio’. Se refería al proyecto Admisión Justa, que busca restablecer la selección en los liceos de excelencia del país.
Es la misma pregunta que varias familias a lo largo del país se han hecho cuando sus hijos, con alto rendimiento académico, no han quedado en el colegio que querían tras postular a través del Sistema de Admisión Escolar, que ya funciona en todo el país, excepto en la capital.
En la Región de O’Higgins, donde según la seremi de Educación de esa zona hay cerca de un centenar de reclamos por el sistema, los Riquelme Cornejo soñaban con un cupo para su hija Camila en el Liceo Bicentenario Óscar Castro, en Rancagua, donde ya estudia otro de sus hijos. ‘Tiene excelencia académica, era la opción que todo papá quiere para sus hijos y, más aún, si ella tiene el promedio para estar en un colegio bueno’, explica su madre, Romina Cornejo.
Camila terminó su enseñanza básica con un promedio 6,5 y hasta ayer no tenía cupo en ningún colegio, según su familia. Tras el cierre de las matrículas, su madre incluso pasó la noche afuera del liceo para inscribirla en una lista de espera.
El mismo problema tienen Carmen Berríos y su hija Belén Barahona. Con promedio 6,3, también está a la espera de un cupo tras no quedar en varios colegios, incluido el Óscar Castro. ‘He sabido de casos de niños que tienen promedio 4,7 y quedaron en buenos colegios. No tengo nada en contra de eso, pero ¿y mi hija?’, lamenta Berríos.
Antonia García, quien terminó 8° básico con promedio 6,9, quedó en un establecimiento pero en El Huique, a más de una hora de su hogar en Isla de Yáquil. No era ninguno de los que su familia prefería. ‘Para ella eso es muy frustrante, me decía: ¿qué saco con estudiar tanto?”, afirma Karen Godoy, su madre.
En Antofagasta y con un promedio 6,8, Antonia Cortés sueña con ser médico. Quedó en un liceo comercial donde, además, su familia deberá pagar $90 mil, monto que pensaban destinar a su futura preparación para la PSU. Julia González, su madre, afirma que ‘si bien dicen que el 82% quedó en alguna de sus preferencias, no creo que les gusten de verdad esos siete colegios. Para mí, esto no funciona’. El caso incluso impactó a la ministra Cubillos, quien se tomó una foto con la estudiante y la compartió en Twitter la semana pasada.
Espacio para mejoras
Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, afirma que ningún sistema es perfecto ya que hay colegios con menos cupos que interesados en entrar: ‘Hay casos en algunos establecimientos en regiones, en que hay un cupo por cada 400 postulantes’.
‘En muchos de estos casos, son estudiantes que tienen alto rendimiento, con mucho esfuerzo, y no quedan asignados a los liceos de excelencia que ellos durante mucho tiempo quisieron. Ese caso en específico es el que la propuesta del Gobierno quiere atender’, asegura Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
‘Me imagino que son muchos casos a nivel nacional y cuando entre en régimen el sistema en la RM, van a aumentar. Es importante que se legisle al respecto’, añade Rodríguez.
Parlamentarios opositores apoyaron métodos de selección en colegios emblemáticos en 2015
Hace tres años, llegó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley donde se planteaba que ‘los establecimientos educacionales reconocidos como de alta exigencia o de rendimiento académico destacado podrán seleccionar a sus estudiantes a través de los procedimientos especiales de admisión que implementen’.
La iniciativa fue firmada por los parlamentarios en ese momento Pepe Auth (IND), Mario Venegas (DC) -quien ha criticado la actual propuesta del Gobierno-, Jaime Bellolio (UDI), Pedro Browne (IND), Felipe Kast (Evópoli), Paulina Núñez (RN), Jaime Pilowsky (DC), Alberto Robles (PRSD), Karla Rubilar (IND) y Jorge Tarud (PPD).
El documento, con fecha de marzo 2015, destacaba que ‘se requiere fortalecer la integración social y permitir que los estudiantes talentosos accedan a una formación de calidad sin importar su origen social’.
Además, planteaba necesaria su implementación para ‘permitir que los establecimientos de excelencia puedan establecer mecanismos de selección sobre bases objetivas que, respetando la normativa vigente y sin vulnerar el principio de la no discriminación arbitraria, les permitan continuar sustentando proyectos educativos de calidad reconocida’.
El boletín proponía que el 40% de la matrícula de estos colegios debía ‘estar integrada por estudiantes provenientes de familias pertenecientes al 40% más vulnerable del total nacional, de acuerdo al instrumento de caracterización socioeconómica vigente’.