El 10 de septiembre pasado, tras cinco meses de debate, el Congreso despachó la reforma tributaria, proyecto clave para el Gobierno que espera entregar alrededor US$ 5.000 millones de los fondos que se recauden a la reforma educacional.
Seis meses después, en el Gobierno ya comienzan a estudiar nuevas vías de financiamiento, dado que no hay certeza de si los montos comprometidos alcanzarán a cubrir la batería de ocho leyes que se anunciaron. A la fecha ya está comprometido alrededor de un tercio de los US$ 5.000 millones en los proyectos que están en tramitación o que fueron despachados.
Así se desprende de los informes financieros de cada una de las medidas, siendo la principal fuente de gastos hasta ahora la ley que termina con el lucro, el copago y la selección: en total, cuando esté en régimen, se proyecta un gasto fiscal de unos US$ 1.100 millones. A ello deben sumarse otros US$ 417 millones que se entregarán anualmente a través del nuevo Fondo de Fortalecimiento para la Educación Pública, creado tras las negociaciones de los senadores de la Nueva Mayoría con el Ejecutivo.
Si a estos gastos se suman los gastos anuales proyectados para las nuevas universidades en O’Higgins y Aysén, los 15 centros de formación técnica estatales y la nueva Subsecretaría de Educación Parvularia, son alrededor de US$ 1.600 millones.
En este escenario sigue operando la calculadora del Mineduc, que en dos semanas enviará el proyecto de carrera docente, luego el de desmunicipalización y finalmente la reforma a la educación superior, que compromete el inicio de la gratuidad universal, pero además la creación de una Superintendencia y cambio al sistema de Acreditación.
Según explican en el Ejecutivo, para la nueva política de los profesores se estiman entre US$ 2.000 millones y US$ 2.500 millones, mientras que para el traspaso de las escuelas municipales alrededor de US$ 1.000 millones en la fase inicial. Quienes han visto este proyecto, explican que el principal gasto será el traspaso y pago de deudas que tiene el sistema y luego el financiamiento vendrá principalmente a través de las actuales subvenciones, las nuevas que creó la reforma escolar y el alza de sueldos contemplados en la carrera docente.
¿Cuánto requerirá la gratuidad universitaria? Es algo que aún está en estudio, ha señalado el jefe de Educación Superior del Mineduc, Francisco Martínez. Tanto él como el ministro Nicolás Eyzaguirre dejaron claro esta semana que aún nada está zanjado en ese proyecto, luego de que “La Tercera” informara que el Mineduc estudiaría cobrar impuesto a los titulados para financiar la gratuidad.
¿Alcanza?
Dada la magnitud de los compromisos, en el oficialismo surgen dudas sobre si la recaudación de la reforma tributaria alcanzará. Más aún, cuando estimaciones del mercado sugieren un crecimiento económico cercano al 3%, menor al 3,6% que estimó Hacienda en su último informe de finanzas públicas.
“Si queremos inyectar alrededor de US$ 3 mil millones para mejorar los sueldos de los profesores, más los recursos del proyecto de inclusión, más el fortalecimiento de la educación parvularia y la gratuidad, hay que ser muy honesto con el país, porque con los dineros que se recaudaron con la reforma tributaria no alcanza”, afirmó el senador PS, Fulvio Rossi.
Su par del PS, Carlos Montes, agrega que “obviamente en el largo plazo estamos con problemas, salvo que el país crezca tanto que no se requiera otra reforma tributaria. Pero no es imposible que haya que aumentar los tributos a ciertos sectores”.
Consultado, el presidente de la comisión de Educación del Senado, Jaime Quintana (PPD), dice que el debate aún no está, puesto que falta definir el proyecto de gratuidad. “Habrá decisiones que tomar, pero para eso tenemos que ver cuántos son efectivamente los estudiantes que se van a someter al régimen de la gratuidad”, afirmó.
Mientras, la presidenta de la comisión en la Cámara, Camila Vallejo (PC) sostiene que es “imposible decir ahora si faltan o sobran recursos”, aunque es tajante al decir que “si llegase a faltar plata, desde Hacienda se tendrá que resolver porque lo importante es cumplir con lo que ha dicho la Presidenta”.
Lo mismo cree el diputado Mario Venegas (DC), quien dice que “es responsabilidad del Gobierno ver de dónde se van a obtener los recursos y la fórmula”.
Cuestionamiento
Ante las dudas, el senador Andrés Allamand (RN) critica que falta transparencia sobre el financiamiento de los proyectos. “En verdad, la caja no cuadra. Hay una enorme cantidad de promesas simultáneas que simplemente no se pueden cumplir”, afirma. Añade que con la información disponible, “el sistema tendría un déficit de, a lo menos, US$ 2.600 millones”.
Algo similar a los cálculos del director de Acción Educar, Raúl Figueroa, que estima que financiar toda la reforma cuesta US$ 6.095 millones. “Considerando que no existen recursos disponibles para financiar la totalidad de la reforma, lo lógico es priorizar y poner mucho énfasis en la Carrera Docente y en materia de educación superior combinar un sistema de becas perfeccionado con uno de créditos que permita facilitar el acceso”.
Presupuesto
US$ 13.022 millones es el presupuesto para este año del Ministerio de Educación.