Comunas tan disímiles como Tierra Amarilla, Yerbas Buenas, El Quisco, Papudo, Combarbalá y Vitacura tienen un punto en común: todos sus colegios subvencionados pueden lucrar.
Según un estudio de la Fundación Acción Educar, en el país hay 56 comunas con 180 colegios donde se da esta situación. El caso más llamativo es el de Lago Ranco, donde hay 11 colegios municipales y 12 establecimientos subvencionados constituidos como sociedades comerciales y, por lo tanto, con posibilidad de lucrar.
En esa localidad, todos los planteles particulares con aportes del Estado son rurales, y según los datos oficiales, no cobran copago, y tuvieron en las últimas pruebas Simce promedios conformes a la media nacional.
Similar es la situación en Purén, donde hay nueve colegios con posible lucro, y todos son rurales. Mientras en Machalí, de los 10 colegios subvencionados que existen, nueve son sociedades que están ubicadas en la ciudad, y su rendimiento en el Simce es similar al promedio nacional.
Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, señala que “lo interesante” de esta situación es que “en un amplio número de comunas la diversidad del sistema está en manos de las escuelas con fines de lucro”. Esto, pues asegura que de no existir este tipo de establecimientos, la otra opción para los padres serían los colegios municipales.
El abogado, quien hasta el año pasado se desempeñaba como asesor del Mineduc, agrega, eso sí, que no se puede saber con certeza cuál será el impacto que tendrá la reforma educacional en estas comunas, pues cada colegio puede reaccionar de manera distinta.
Quien sí se atreve a hacer un pronóstico es Guido Crino, vicepresidente de la FIDE, que agrupa a colegios particulares y subvencionados del país. Él sostiene que “el único riesgo que hay” para los planteles subvencionados de esas localidades es que “en virtud de que este proyecto de ley se apruebe tal como está, estas comunas se sumarán a las más de 70 del país donde solo tenemos presencia de educación pública municipal. Así, se estaría cumpliendo lo que parece ser es el objetivo oculto de la reforma: disminuir e impedir el crecimiento de la educación particular subvencionada, antes de fortalecer la educación pública”.
Uno de los aspectos principales del proyecto es terminar con el lucro en los colegios que reciben aportes del Estado. Para eso, los sostenedores deberán cambiarse, en un plazo de dos años en corporaciones o fundaciones sin fines de lucro, además de ser dueños o arrendar el inmueble donde funciona su plantel a personas no relacionadas.
“Si hubiese cualquier problema derivado del cambio de condición legal (…) vamos a tener los instrumentos para evitar que haya cualquier disrupción”, aseguró el ministro Nicolás Eyzaguirre cuando se aprobó la idea de legislar sobre el lucro. Y en más de una oportunidad el secretario de Estado ha indicado que no habría razones que justifiquen el cierre de colegios, y que cree en un sistema de educación de “provisión mixta”.
A pesar de esto, varios colegios subvencionados ya han anunciado cambios, siendo el último caso el del Colegio Extremadura (ver recuadro).
¿Cómo son?
Según se indica en el análisis de Acción Educar, “los establecimientos educacionales con posible lucro aportan diversidad”. Esto, pues el 89% de los alumnos que están en un colegio sin fines de lucro está matriculado en un colegio confesional. Pero si se considera a los colegios con fines de lucro, el 67% de la matrícula asiste a planteles no confesionales, señalan.
El estudio añade que “el sector subvencionado con fines de lucro tiene una mayor proporción de alumnos vulnerables”. Más de 330 mil alumnos prioritarios asisten a ese tipo de planteles, mientras que 177.879 están en los sin fines de lucro. Además, el 74% de los sostenedores que están conformados como una sociedad comercial tienen una sola escuela, lo que haría más difícil poder lucrar, según Figueroa.
272 comunas tienen colegios particulares subvencionados. En 216 de ellas hay colegios que no tienen fines de lucro.
89% de la matrícula de las escuelas sin fines de lucro asiste a un plantel confesional.
330 mil alumnos considerados como prioritarios están inscritos en planteles escolares con posible lucro.
”En un amplio número de comunas, la diversidad está en manos de las escuelas con fines de lucro” RAÚL FIGUEROA, DIRECTOR ACCIÓN EDUCAR
”Si este proyecto se aprueba tal como está, estas comunas se sumarán a las más de 70 donde solo hay educación municipal”. GUIDO CRINO, VICEPRESIDENTE FIDE
Cómo se distribuyen los colegios particulares subvencionados con fines de lucro
Top 3: 12 colegios con posible lucro hay en la comuna de Lago Ranco, los cuales son todos rurales. En Machalí hay diez establecimientos subvencionados que podrían lucrar, y en Purén otros nueve colegios.
7 colegios constituidos como sociedades comerciales hay en las comunas de Lumaco, Tirúa, Maullín y Combarbalá, respectivamente.
6 establecimientos con posible lucro hay en cada una de las siguientes comunas: Chillán Viejo, Penco y Dalcahue.
5 planteles particulares subvencionados tienen, respectivamente, las localidades de Contulmo, Mulchén, Hualqui y Rengo.
4 escuelas que reciben aportes del Estado están ubicadas en cada una de estas comunas: Vitacura, Perquenco, Cartagena, Nancagua, Llanquihue y Curanilahue.
Ocho comunas del país -El Quisco, Mostazal, Romeral, Cabildo, Quilleco, Vicuña, Punitaqui y Canela- albergan cada una tres establecimientos que, de aprobarse la reforma escolar, deberán cambiar su giro y ser una fundación sin fines de lucro.
Siete otras localidades tienen, cada una, dos planteles subvencionados que declaran tener fines de lucro. Ellas son: Licantén, Pelarco, Corral, Los Sauces, Quemchi, Longaví y Monte Patria.
21 comunas , como Papudo, Antuco, Tierra Amarilla o Florida, tienen cada una un colegio particular subvencionado, el cual está constituido como una sociedad comercial.
Recuadro: La decisión del colegio subvencionado de Vitacura
Los colegios subvencionados que están constituidos como sociedades comerciales son los que más han estado en la palestra debido a los cambios que se vienen con la reforma escolar. Desde comienzos de año algunos planteles han anunciado que cambiarían su régimen de financiamiento, transformándose a particulares pagados, para así no verse afectados por los cambios que traería el proyecto del Mineduc. Ese sería el caso, por ejemplo, del Patagonia College en Puerto Montt.
El último colegio subvencionado que hizo noticia fue el Colegio Extremadura de Vitacura, el que también está constituido como una sociedad con posible lucro. El establecimiento anunció hace 10 días que cerraría sus puertas a fin de año, pues no le renovaron el contrato de arriendo en donde funciona el plantel y hasta ahora no han encontrado un nuevo inmueble que lo pueda albergar.
De concretarse el cierre, Vitacura quedaría con tres colegios subvencionados (todos con posibles fines de lucro), dos municipales y otros 13 particulares pagados.