Por: Andrea Urrejola.
Desde mayo de 2019 esta norma fue sujeta a un período de transición para cumplir con el nuevo criterio en 2020. Pero, a raíz de la emergencia sanitaria, el énfasis está puesto en la flexibilidad de las decisiones y plazos aplicables en las distintas fases de dichos procesos.Importantes cambios al sistema de aseguramiento de la calidad y al modelo de acreditación implica la nueva Ley de Educación Superior (Ley 21.091), entre ellos a la certificación de los programas de posgrado. En este ámbito, los doctorados deberán certificarse obligatoriamente, mientras que la acreditación de los magísteres seguirá siendo voluntaria. Sin embargo, el proceso no será realizado por agencias externas autorizadas, pues -a partir de mayo de 2018, cuando entró en vigencia la normativa- no cumplen labores de acreditación en ningún nivel.
Según se publicó en el Diario Oficial del 27 de diciembre de 2019, los programas de doctorado tendrán plazo hasta el 30 de septiembre de este año para incorporarse a la acreditación. No obstante, en consideración del impacto de la pandemia por COVID-19, en su sesión del 19 de marzo la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) decidió adoptar una serie de medidas para garantizar el mejor desarrollo posible de sus funciones. ‘En igual sentido y respecto de las Instituciones de Educación Superior con procesos de acreditación en curso o por iniciarse, se dará un especial énfasis a la flexibilidad de las decisiones y plazos aplicables en las distintas fases de dichos procesos’, informa Hernán Burdiles, presidente de la CNA, a través de un comunicado difundido en www.cnachile.cl
Corresponde a la Comisión Nacional de Acreditación velar que estos programas cumplan con los estándares establecidos por la comunidad científica o disciplinaria correspondiente; además de fijar nuevos estándares. En efecto, a principios del año pasado, la CNA envió a cada una de las instituciones de educación superior una propuesta de nuevas dimensiones, criterios y estándares de acreditación, solicitando su opinión técnica al respecto. A noviembre de 2019 la entidad ya había emitido cinco documentos: para programas de especialidades médicas, especialidades odontológicas, programas de doctorado, acreditación institucional de instituciones de educación superior del subsistema técnico profesional y para el subsistema universitario. Los faltantes -magísteres y carreras de pregrado de Medicina, Odontología y Pedagogía-estaban en etapa de procesamiento.
Oportunidad para fortalecer los doctorados
Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, opina que ‘actualmente tenemos una oportunidad provechosa para fortalecer los programas de doctorado. Una comisión de expertos elabora los estándares y criterios para su acreditación que a partir de 2020 sería obligatoria. En ellos se debieran incorporar estas nuevas exigencias, de manera que permitan innovar y ser dinámicos ante las necesidades sociales, equiparándonos así a los programas a nivel internacional y reconociendo la diversidad de tipos de doctorados y proyectos que existen. Para ello es clave que los criterios sean flexibles, que no establezcan restricciones que terminen rigidizando y debilitando incluso los programas que se imparten, con la mirada puesta solo en un tipo modelo de doctorado’.
Vergara estima que con los nuevos estándares y criterios de acreditación, los posgrados de universidades del país lograrán atraer a más alumnos chilenos y extranjeros. ‘La acreditación logra entregar un estándar mínimo que asegura la calidad del programa, y eso puede ayudar a que más estudiantes prefieran posgrados o doctorados chilenos. Por supuesto, no es algo automático, las instituciones deben ir adecuándose a los nuevos criterios y, el propósito es ir instalando una cultura de calidad que permita la mejora progresiva de estos programas y de las instituciones. En la medida que ello ocurra, es posible pensar que se pondrán a la altura de postgrados extranjeros y que así aumenten su demanda’, afirma.
Como caso destacado, es preciso reconocer que ya en noviembre de 2019, la Universidad de la Frontera (UFRO), contaba con la totalidad (10) de sus doctorados acreditados por la CNA. Sin duda un aporte a descentralización del conocimiento y de la formación de capital humano calificado, considerando que esta universidad regional, desde La Araucanía, confirma su compromiso con la calidad y la vinculación con la comunidad.
Otros cambios
La acreditación institucional también experimentará cambios. Ahora será obligatoria y de carácter integral, lo que implica que, además de evaluar al plantel, realizará una muestra intencionada de su oferta de pre y posgrado en conjunto, en todas las sedes y modalidades.
Los planteles tampoco se acreditarán obligatoriamente como antes en Gestión Institucional y Docencia de Pregrado, y, de manera optativa, en Investigación, Docencia de Posgrado y Vinculación con el Medio, sino que deberán certificar sus dimensiones de Docencia y Resultados del Proceso de Formación; Gestión Estratégica y Recursos Institucionales; Aseguramiento Interno de la Calidad, y Vinculación con el Medio. Adicionalmente, podrán acreditarse en Investigación, Creación y/o Innovación.
Dónde informarse
Antes de matricularse, los postulantes pueden buscar en el sitio web de la CNA (www.cnachile.cl) si el programa de su interés aprobó el proceso y, en el caso de que así sea, por cuántos años se extiende su acreditación. Mientras más años, se entiende que cuenta con mecanismos más sólidos de gestión y de aseguramiento de su calidad. En este sentido, hay que tomar en cuenta que la vigencia máxima a la que puede optar un doctorado es de diez años, mismo tiempo para el caso del magíster.
Para conocer más sobre un programa también es aconsejable buscar en el sitio web de la CNA – a través de la búsqueda avanzada- el documento que da a conocer el acuerdo o la resolución de su acreditación. En este se puede ahondar sobre sus fortalezas y debilidades.
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