La U. Federico Santa María lidera a las instituciones nacionales, entre las que hay cinco públicas no estatales, cuatro estatales y una privada. Todas ellas, entre los lugares 400 y 980.
Por segundo año consecutivo, la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) califica en el primer lugar de las instituciones de educación superior chilenas incluidas en el ranking de la firma británica Times Higher Education (THE), publicado esta semana. La universidad porteña es seguida por la U. Católica de Chile, ambas entre las mejores 401 a 500, de un total de 980 instituciones, de 79 países, evaluadas.
Luego vienen la U. de Chile y la U. Austral, que mantienen su ubicación respecto del año pasado. Más atrás caen de posición la U. Católica de Valparaíso y la U. de Santiago (ver infografía). Este año entraron al ranking cuatro nuevas universidades nacionales, incluyendo una privada (U. Diego Portales).
Phil Baty, editor del ranking , dice a “El Mercurio” que la mayor presencia de universidades chilenas este año “se debe en parte a que el país está reconociendo en forma creciente la importancia de participar en ejercicios globales de colaboración, y muchas están teniendo éxito en atraer fondos de la industria”.
“Este reconocimiento nos hace sentir una gran responsabilidad por seguir aportando a la creación de conocimiento y desarrollo del país, que es nuestro rol como universidad pública no estatal”, dice Darcy Fuenzalida, rector de la UTFSM. Cinco de las nueve universidades públicas no estatales del país (G9) están en el ranking . Por eso -subraya Fuenzalida-, “sería importante que el Gobierno y el Parlamento reconozcan el aporte que estamos haciendo, de manera que seamos tratadas en forma igual a las estatales, porque juntas hemos construido y construimos el país”.
Criterios evaluados
Entre sus criterios de evaluación, THE asigna un 30% a la investigación (volumen, ingresos y reputación), 30% a las citaciones como indicador de influencia de su investigación y 30% a la docencia, incluyendo la cantidad de estudiantes por profesor y número de académicos con doctorado. La perspectiva internacional de la institución pondera 7,5%. Esta abarca la presencia de académicos y estudiantes extranjeros y las colaboraciones internacionales en investigación. Finalmente, la vinculación con la industria, a través de inversión desde el sector y transferencia hacia este, aporta 2,5%.
De estas variables, las 10 universidades chilenas concentran sus mayores puntajes en “perspectiva internacional” (promedio 46,95, de un máximo de 100 puntos). Le siguen inversión de la industria (41,09) y citaciones (31,97). Bastante más lejos están los indicadores de Docencia (16,93) e Investigación (12,64).
Baty señala que “no cabe duda de que un fuerte compromiso del Estado para desarrollar una fuerte base investigativa es un prerrequisito esencial para las naciones que son fuertes en los rankings mundiales de universidades”. Chile, en cambio, destina menos del 0,4% de su PIB a investigación.
El rector Fuenzalida coincide en que para dar un impulso a la investigación, “el país debe estar dispuesto a invertir, y para eso se necesita una política estatal de financiamiento estable y de largo plazo que permita apoyar a los grupos científicos emergentes y mantener a los consolidados, cuyo posicionamiento no toma años, sino décadas”.
Termómetro regional
Además de Chile, México incrementó su presencia en el ranking , pasando de solo dos universidades en 2015 a siete este año; las dos primeras (el Instituto Tecnológico de Monterrey y la U. Autónoma de México) se ubican entre la U. de Chile y la U. Austral, lo mismo que las tres colombianas del ranking (una más que en 2015): la Pontificia Universidad Javieriana, la U. de Los Andes y la U. de Antioquía.
Las instituciones brasileñas, en tanto, lideran en cantidad, con 27 en la lista, y tienen a la U. de Sao Paulo como la mejor ubicada de la región, en el rango de las 251 a 300; sin embargo, experimentaron importantes caídas en el ranking . Mientras en 2015 la U. de Sao Paulo se ubicaba entre las 201-250, la U. Estatal de Campinas cayó desde el rango 351-400, quedando este año bajo las dos líderes chilenas, a las que superaba en 2015. Las siete siguientes se ubican entre la U. Diego Portales y la UFRO.
Baty corrobora que “Latinoamérica ha visto un gran incremento en su participación en educación superior, pero si bien la cantidad aumenta, la calidad no necesariamente ha mantenido el ritmo”.
Entre las principales razones, argumenta que, “en general, y con algunas excepciones, las universidades latinoamericanas tienen en contra el que están subfinanciadas y, en el caso de las estatales, están sobrerreguladas y amarradas por la burocracia, que entorpece la innovación y el dinamismo”.
Para Daniel Rodríguez, investigador de Acción Educar, la falta de financiamiento es justamente el principal problema de las universidades chilenas. A esto se suma una carga burocrática asociada “al fuerte control administrativo al que están sometidas las estatales y a todo el esfuerzo que deben destinar para acreditarse, lo que es desgastante y las aleja de su rol central, que es educar”.
A su juicio, la reforma educacional “no va a tener absolutamente ningún impacto” en los indicadores de nuestras universidades. “El proceso de acreditación que está diseñando el gobierno va a agravar el peso burocrático; la reforma no se hace cargo de incentivar la investigación y el desarrollo, y tampoco fomenta la internacionalización”.