Autoridades destacaron disminución en las diferencias históricas del Proceso de Admisión, aunque especialistas afirman que habrá que esperar para ver si cambia la composición social de la matrícula.
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Al mediodía de ayer, tras dos semanas de espera, los 187.225 estudiantes que postularon a la educación superior pudieron conocer si fueron o no convocados para matricularse en alguna de las 45 universidades adscritas al Proceso de Admisión 2023.
De la mano de la nueva PAES y la recuperación de cifras prepandemia, los resultados que entregó ayer el Ministerio de Educación mostraron varios cambios respecto de años anteriores.
El más claro de ellos es que las postulaciones tuvieron un fuerte alza, lo que representa una recuperación por la demanda por ingresar a la educación superior, ya que en los últimos años había registrado una fuerte caída, producto de los efectos de la pandemia en la sociedad.
Además, el alza va de la mano con que para postular se requieren 458 puntos en promedio entre las pruebas obligatorias de entre los 100 y 1.000 que considera la nueva escala. Antes, en cambio, se requería un mínimo de 450, pero en una escala que iba entre los 150 y 850 puntos.
Asimismo, en esta oportunidad, los jóvenes podían marcar hasta 20 alternativas de carrera, el doble que en los procesos previos.
De los postulantes, 140.557 fueron seleccionados, 23.765 más que el año pasado y podrían matricularse desde hoy.
¿Se reducen brechas?
En su presentación, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, valoró que los resultados son “parte de un esfuerzo que ha permitido avanzar en un proceso mucho más justo”, mientras que la subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa, planteó que “vamos en la senda correcta”, porque las cifras que se registraron en este proceso “son muy buenas noticias desde la equidad”.
No obstante, especialistas apuntan a que se esté celebrando antes de tiempo, pues el cambio de prueba posiblemente generaría alteraciones en los resultados si se compara con años anteriores, y porque todavía no se tiene una imagen de cómo quedará el sistema de educación superior tras el proceso de matrícula.
“No se reducen brechas, salvo que uno esté hablando de la brecha de vacantes que quedaban sobrando el último año y las de la pandemia”, asevera José Joaquín Brunner, académico de la Universidad Diego Portales.
El experto en educación añade que “no sabemos la composición final que tendremos una vez que se cierre todo este proceso, que será en marzo o abril. Ahí se sabrá cuantos alumnos de colegios municipales, subvencionados y privados hay en cada institución, y veremos si cambió la composición social de la matrícula”.
Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, dice que “hay que ser muy prudentes en dar por concretados avances sin tener la foto definitiva del proceso. Falta que los estudiantes se matriculen, hay un proceso de desarrollo, y creo que habría que tener prudencia”.
Asimismo, agrega que “si bien hay un aumento en las postulaciones, los cupos no han aumentado tan significativamente”.
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