El ministro de Educación, Raúl Figueroa, destaca la relevancia de que las familias den el consentimiento para que los menores sean inyectados. Expertos anticipan focos de tensión en las comunidades escolares.
Por M. Hernández
(Extracto del artículo de El Mercurio, para verlo completo ingresa aquí)
Al proceso de inmunización nacional contra el covid-19 se suma un nuevo hito: desde hoy, los estudiantes de entre 6 y 11 años tendrán la posibilidad de ser inoculados contra el virus en sus colegios. En este segmento etario se utilizará la fórmula del laboratorio chino Sinovac, que fue aprobada para esta población por el Instituto de Salud Pública (…).
(…) Pía Turner, encargada de proyectos de Acción Educar. Plantea que a pesar de que se deben hacer todos los esfuerzos posibles para que cada niño reciba su vacuna, ‘no se debe olvidar que esta es una decisión de los padres, y los estudiantes no pueden ser discriminados por ella’. Eso sí, es optimista acerca de la adherencia de los apoderados a otorgar el consentimiento para vacunar a sus hijos, dado el año y medio de emergencia sanitaria.
Para optimizar la participación, sugiere ‘reforzar las estrategias locales, empoderando el rol de actores locales en quienes las familias confíen y usando múltiples canales de comunicación’.
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