Eliminar el lucro y el copago restringirá diversidad, recursos y el aporte de buenos sostenedores  

Es fundamental que cualquier reforma que se realice a la educación chilena se construya sobre los avances que ha alcanzado el país y resguarde los aspectos positivos de nuestro sistema, que en los indicadores más relevantes muestra una tendencia ascendente: cobertura, resultados académicos, inclusión, acceso a educación terciaria, entre otros.

El proyecto de reforma escolar que se discute en el Congreso y que propone eliminar el lucro, el copago y la selección en la educación subvencionada, se basa en un diagnóstico equivocado y propone una serie de medidas que no apuntan a lo que Chile requiere para perfeccionar su sistema educacional.

Lucro
El país necesita buenos sostenedores de establecimientos educacionales. La idea que eso se consigue prohibiendo la posibilidad de organizarse como sociedades comerciales y de retirar utilidades (lucro) desconoce la realidad nacional y el hecho que son preferidos por un alto porcentaje de familias, que sus resultados de aprendizaje son al menos iguales al resto del sistema subvencionado y que han contribuido al objetivo de alcanzar una cobertura superior al promedio de la OCDE. Prohibir el lucro en educación es una medida cara, que no tendrá impacto en aprendizajes y que restringirá la oferta de educación particular subvencionada.

Tal como lo muestra un estudio de AcciónEducar, la presencia de escuelas con fines de lucro ha permitido diversificar la oferta de educación en Chile. De hecho, si no fuera por ellas, 56 comunas tendrían sólo oferta municipal en el sector subvencionado por el Estado. Asimismo la mayoría de los colegios subvencionados sin fines de lucro es confesional (89% de su matrícula). En este ámbito los colegios subvencionados con fines de lucro aportan diversidad al sistema: 67% de su matrícula está en un recinto laico. También se observa que aportan en inclusión al atender al 65% de los alumnos prioritarios del sistema particular subvencionado, e incluso dentro de los colegios con fines de lucro que cobran copago, 200 mil alumnos prioritarios estudian gratis gracias a la Subvención Escolar Preferencial (SEP).

Copago
Chile también requiere más recursos para su educación escolar. Mediante el  financiamiento compartido las familias aportan anualmente cerca de US$ 500 millones que el proyecto de ley en trámite propone reemplazar, parcialmente, con recursos del Estado. En vez de inyectar nuevos recursos para hacerse cargo de las necesidades del sistema, se opta por restringir el aporte privado. Es una realidad que en ciertas situaciones el copago puede significar una barrera para que familias con menos recursos puedan optar por un determinado establecimiento subvencionado, pero en ese caso lo que corresponde es que el Estado contribuya con lo que esa familia necesita para completar ese aporte, en vez de prohibir el financiamiento compartido en su totalidad. De hecho, el copago facilita hoy la inclusión de estudiantes de distintos niveles socioeconómicos en un mismo colegio, porque reúne a alumnos de familias de más recursos que aportan un copago con alumnos de familias más vulnerables que se atienden gratuitamente gracias a la SEP (300 mil). Incluso en colegios con copago alto (más de $50 mil) se observa que hay al menos un 20% de alumnos prioritarios.

Las reformas en educación, cuyo impacto se apreciará con claridad en el mediano y largo plazo, deben considerar todos los efectos de las medidas que se pretenden implementar y hacerse cargo de las críticas y aportes que expertos y apoderados han formulado. Esto es primordial si lo que se quiere es reducir el riesgo de efectos negativos y asegurar mejores oportunidades para las generaciones que vienen.