Para Harald Beyer de la Universidad Adolfo Ibáñez la decisión no fue bien meditada y que los únicos perjudicados serán los estudiantes.
Cuando se den a conocer los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), las instituciones de educación superior no podrán conocer el nombre del postulante ni tampoco sus datos de contacto. Cambio que fue propuesto por el Demre y aprobado por el Consejo de Rectores (CRUCh), con el que se pretende resguardar la información que entregan los estudiantes, sin embargo, esta medida ha abierto el debate entre los rectores.
Para Harald Beyer de la Universidad Adolfo Ibáñez la decisión no fue bien medidatada y podría generar problemas para quienes postulan por vías especiales como los deportistas. “Los antecedentes de estos estudiantes son entregados voluntariamente por ellos a las universidades. Una vez que se recibía la base de datos de la PSU las universidades podían verificar rápidamente si satisfacían los criterios de desempeño”, explica.
“Con las bases innominadas ello no se va a poder hacer. Los únicos perjudicados serán obviamente los estudiantes, porque será mucho más difícil realizar esta coordinación”, complementa.
Mientras el rector de la Universidad Católica del Maule, Diego Durán, valora la medida al permitir que el proceso de postulaciones se “viva de manera natural”. “Hay que incorporar un protagonismo en esto, que permita que el estudiante busque, pero que busque en función también de su vocación, de lo que quiere y espera”, postula.
“Más allá del hecho puntual, que se suma a una larga lista de medidas arbitrarias – como la absurda obligación de postular vía PSU a estudiantes vespertinos que promedian 30 años de edad -, resulta fundamental acelerar la implementación del nuevo sistema de admisión de la Ley de Educación Superior”, manifestó en una carta El Mercurio el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez.