El primer semestre escolar terminó con cifras preocupantes. Y es que, según estiman los expertos, más de 600 mil alumnos terminaron el período con inasistencia grave. Si bien la asistencia escolar ha mejorado en las últimas temporadas, seguimos lejos de los niveles prepandemia, algo que ha servido como un llamado de alerta de que todavía hay mucho que resolver.
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En ‘Qué Hay De Nuevo’ conversamos sobre este tema con Agustín Foxley de Acción Educar, quien aseguró que la situación es más dramática de lo que parece:
“Que se pierda un 15% de los días significa que, al año, puedes perder 1 mes y medio de clases. Eso es gravísimo. La asistencia se vincula con mejor calidad de vida, mejores salarios, menor probabilidad de delinquir o consumir drogas ilícitas”.
Sobre las causas detrás de este fenómeno, Foxley identifica heridas que datan de la era del COVID-19:
“Lo que ocurrió fue el shock de la pandemia. Hoy estamos viendo una crisis en múltiples ámbitos: En el sistema parvulario los padres están valorando menos el sistema educativo, creen que es lo mismo dejar al niño en casa que llevarlo a un jardín infantil. Estamos viendo las consecuencias en temas de convivencia: Vemos a jóvenes rociando a directores con parafina, o niños acuchillándose entre ellos”.
Para el investigador de Acción Educar, es urgente identificar a estudiantes con riesgo de inasistencia grave, pero cree que las autoridades no están haciendo lo suficiente”.
“Hemos visto que el Mineduc se ha desplegado de manera tardía, y que todo lo que es el plan de reactivación ha tenido una falta de recursos… Claramente no es una prioridad, y eso nos causa desconcierto. Necesitamos esfuerzo y especialmente recursos”.