El sistema de educación superior en Chile ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, alcanzando altos niveles de cobertura, donde aunque persiste una inequidad en el acceso, son cada vez más los jóvenes de escasos recursos los que llegan a este nivel de estudios, especialmente gracias a las becas y créditos que entrega el Estado y que han crecido sostenidamente en los últimos años.
Sin embargo, a pesar de los avances aún se observan graves discriminaciones arbitrarias en la entrega de ayudas estudiantiles estatales dependiendo el tipo de institución que elija el estudiante, tal como lo refleja un estudio de AcciónEducar que entre sus principales resultados arrojó que el monto promedio que gasta el Estado por alumno matriculado en las universidades del Consejo de Rectores (CRUCH), sextuplica al de las universidades que no están en ese grupo.
Principales resultados
El estudio demuestra que dos alumnos con las mismas características socioeconómicas y académicas tendrán un apoyo financiero diferente del Estado sólo por estudiar en instituciones distintas. Para el 2013, en términos de becas estatales, el monto promedio que gasta el Estado por alumno matriculado en las universidades del CRUCH, sextuplica al de las universidades que no están en ese grupo, y es casi tres veces mayor que la ayuda que reciben los centros de formación técnica.
También se observa que el Estado, en términos del gasto total que realizó en becas, destinó el 63% de éste para universidades del CRUCH ($208 mil 817 millones). Lo anterior resulta paradójico no solo porque la matrícula del CRUCH apenas representa un 27% de la matrícula total, sino también porque las universidades que no pertenecen al CRUCH, y más aún los institutos profesionales y centros de formación técnica, tienen al 70% de los alumnos vulnerables que asisten a educación superior.
El estudio también muestra que la beca Bicentenario, que es la que se entrega a alumnos matriculados en universidades del CRUCH es, en su monto promedio, casi el doble de la beca Juan Gómez Millas que es la que llega a jóvenes de universidades fuera del CRUCH (2.135.000 v/s 1.120.000). Por lo tanto se observa que las becas con mayor cobertura son exclusivas para los alumnos que se matriculen en los planteles del CRUCH. Esta diferencia llama la atención toda vez que los aranceles en instituciones del CRUCH o fuera de este grupo, no difieren mayormente, y en términos de calidad ambos grupos son muy heterogéneos.
Dado lo anterior, el alumno talentoso y vulnerable matriculado fuera del CRUCH tendrá que buscar fuentes de financiamiento adicionales, pudiendo optar a créditos blandos financiados por el Estado. Sin embargo, estos créditos también tienen condiciones distintas según el tipo de institución, profundizando más la desigualdad. Afortunadamente estas diferencias se han tendido a reducir en el tiempo, especialmente desde 2012, aunque todavía persisten. Mientras el joven que estudia en una institución del CRUCH puede optar a un crédito contingente al ingreso cuya cuota no superará el 5% de su ingreso, el joven que estudia en una universidad privada, centro de formación técnica o instituto profesional tendrá una cuota que no superará el 10% de su sueldo.
Costo de eliminar discriminación arbitraria en becas estatales
Como parte del estudio se realizó el ejercicio de cuantificar cuánto le costaría al Estado eliminar la discriminación arbitraria que hoy existe en materia de las becas que entrega a los jóvenes. Suponiendo el estado actual de la educación superior, este costo ascendería a $ 79.712 millones de pesos (US$ 159 millones).
Ver noticia sobre el estudio en El Mercurio.