Chile debiera contar con instrumentos de financiamiento de la investigación a nivel institucional, y no exclusivamente a nivel de investigadores y proyectos. El financiamiento institucional debiera ser opcional para las instituciones y de uso exclusivo para fines de investigación, y su diseño debiera combinar elementos basados en resultados y otros de continuidad de forma de apoyar las instituciones que hoy lo están haciendo bien, pero también permitir el ingreso de otras instituciones hoy excluidas de los fondos basales.