Por Paulina Salazar, La Tercera.
La beca vocación de profesor comenzó en 2011 bajo el gobierno de Sebastián Piñera y tuvo como objetivo atraer a los mejores alumnos a estudiar Pedagogía, cuyos puntajes en la PSU debían ser igual o superior a los 600 puntos. Una política pública que iría a la baja, de acuerdo a las cifras del proyecto de presupuesto para el 2016, donde existe una reducción de recursos cercana al 21%. Este año, el beneficio tuvo un pozo superior a los $ 23 mil millones, mientras que para el próximo año dicha cifra cae a $ 16 mil millones.
El Ministerio de Educación (Mineduc) declinó dar las razones de la disminución de este beneficio, que en cuatro años ha permitido que cerca de 12 mil jóvenes estudien gratis Pedagogía.
Una razón que explicaría la baja en los recursos sería el inicio de la política de gratuidad. Según el director de Acción Educar y ex asesor del gobierno anterior, Raúl Figueroa, “las asignaciones para la beca bajan de manera importante y puede que se deba a que el Mineduc piense que los jóvenes optarán por la gratuidad y no por la beca, debido a los compromisos que implica”.
Este último punto se refiere a que los alumnos beneficiados, una vez egresados, deben trabajar durante uno o cuatro años en los colegios municipales o subvencionados del sistema, a modo de retorno del beneficio. El tiempo de retribución dependerá de los años en que se extendió la beca.
Según Figueroa, “la beca será incompatible con el beneficio a que se refiere (a la gratuidad), por lo que los alumnos deberán optar entre esta beca y aquel beneficio”.
De acuerdo a las últimas cifras publicadas por el Mineduc, en 2013 se registraron 2.238 beneficiarios. De ellos, el 37% egresó de un colegio municipal. Los datos por nivel socioeconómico, del año 2012, arrojan que al menos el 40% de los becados pertenecía a los primeros cinco deciles. “Se van a ver en la disyuntiva de escoger si siguen con los compromisos de la beca o siguen con la gratuidad”, explicó el experto de Acción Educar.
Por su parte, el director de Elige Educar, Hernán Hochschild, aseguró que esta situación “puede ser un riesgo, pero también una oportunidad, en el sentido de que hay muchos estudiantes de alto ranking de 580 ó 550 puntos PSU que hoy no estaban entrando con un soporte como la beca a la pedagogía, y ahí hay universo de estudiantes que pueden tener vocación, talento y pueden ser grandes líderes pedagógicos”.
¿Cómo se puede compatibilizar dos políticas que apuestan a cubrir el arancel? La respuesta para los expertos dependerá de cómo se logre potenciar el proyecto de Carrera Docente que se discute, en segundo trámite, en el Senado. Para Hochschild, ambas iniciativas se contradicen.
“Es fundamental que la decisión de estudiar la carrera siga siendo competitiva frente a las otras en un escenario de gratuidad. Hoy un alumno que está entre estudiar pedagogía en matemática o ingeniería, por ejemplo, quizás con la beca se inclinaba por educación, porque así estudiaría gratis. Con el nuevo escenario, pedagogía tendrá las mismas condiciones que el resto de los programas. Entonces, el joven puede que se decida por “ingeniería” que tiene mejores condiciones laborales”.
Hoy estudiar pedagogía cuesta la mitad de una ingeniería, por lo que muchos alumnos optan por ser profesor por los costos de arancel, según el experto.
La opinión es compartida por Figueroa: “El alumno que opte por la gratuidad no tendrá ningún compromiso de retribuir con trabajo, por ejemplo. El objetivo de la Beca Vocación es atraer jóvenes de mayores puntajes a estudiar pedagogía y a su vez llevarlos a trabajar a sectores más necesitados” .
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