Un estudiante de Odontología de la U. del Desarrollo (sedes Concepción y Las Condes) paga $ 6.985.000 de arancel anual de la carrera, y si quisiera pedir una beca o crédito del Estado la cobertura solo sería de $ 3.279.307 de financiamiento, en caso de obtener el 100% del beneficio. ¿Por qué se produce esto? Esto se debe a que el arancel referencial que fija el Ministerio de Educación (Mineduc) para la entrega de ayudas estudiantiles es mucho menor de lo que esa universidad cobra por ese programa.
Ese ejemplo se repite en casi todo el sistema universitario, porque solo en el 20% de las programas el monto que cobran los planteles está igualado a lo que establece el ministerio. Se trata de 1.139 carreras en los que ambos valores son iguales. Si se promedia la brecha entre los montos que cobran las universidades y lo que define el Mineduc, la diferencia alcanza los $ 472.054, lo que representa un leve incremento respecto de 2014 ($446.000). Esto, explicó el jefe (s) de la División de Educación Superior del ministerio, Alvaro Cabrera, “puede deberse por alzas específicas en carreras y universidades puntuales”. Y destacó que “la cobertura promedio de los aranceles de referencia ha subido los últimos años, y para el 2015 será de 84%”.
Cabrera explicó que “en muchos casos, los mayores montos de arancel que cobran algunas instituciones se debe a que éstos no solo financian la docencia, sino que otras funciones universitarias, como la investigación”. Y detalló que la reforma a la educación superior “hará una distinción entre estas funciones, financiando la docencia mediante una transferencia por gratuidad, y la investigación, creación y vinculación con el medio mediante otros fondos basales a las instituciones”.
Al ver el detalle de los precios se puede constatar que hay planteles en los que las diferencias llegan a los 3,7 millones de pesos e incluso casos en el que los valores se triplican. ¿Cómo afectan estas diferencias a los estudiantes? Cuando la brecha del arancel real y el de referencia es más alta, los alumnos que estudian con becas o créditos tienen que suplir la brecha de alguna manera, con recursos propios. “Y eso efectivamente puede afectar a un determinado grupo de estudiantes y, en ese sentido, lo primero que hay que hacer es que las becas se asignen en forma pareja”, afirmó el director ejecutivo del Centro de Estudios Acción Educar, Raúl figueroa.
El ex asesor del Mineduc indicó que el arancel de referencia es un mecanismo que permite fijar el monto máximo de ayuda estatales, ya sea a través de becas o de créditos. “Por lo tanto el valor que fija el Mineduc no puede nunca entenderse como un mecanismo para establecer los aranceles de la universidades y eso es precisamente una de las dificultades que tiene el pretender establecer la gratuidad universal”, precisó Figueroa.
Considerando que este año comienza la discusión de la reforma a la educación superior, que incluye gratuidad para todos los estudiantes, toma mayor relevancia la diferencia entre lo que cobran los planteles por las carreras y lo que el ministerio determina como arancel de referencia. Esto porque para implementar esa medida será el Estado el que fije las exigencias a las universidades que se sumen al sistema de gratuidad y para eso se deberá determinar un nuevo mecanismo de cálculo.
El investigador del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación de la U. Católica, Ricardo Paredes, planteó que la gratuidad “ no es una solución factible ni deseable, menos en el corto plazo”. Y propuso que en la transición se reviva el proyecto de aval de brecha, que elaboró la Comisión de Financiamiento Estudiantil el año 2012, en el cual esta diferencia era avalada por la institución donde estudia el alumno.
Mayores brechas
Al tomar las mayores diferencias, entre las casas de estudio superior se constata que las tres que tienen las brechas promedio más altas son la U. del Desarrollo, U. Adolfo Ibáñez y la U. de Los Andes.
El rector de la U. del Desarrollo, Federico Valdés, dijo que “el arancel de referencia no refleja el costo de dictar una carrera universitaria en una institución de calidad, ya sea estatal, privada, del Consejo de Rectores (Cruch) o aquellas nacidas después de 1980”.
En tanto que su par de la U. Adolfo ibáñez, Andrés Benítez, indicó que la diferencia radica en que hay planteles que reciben aportes del Estado y con eso amortiguan los valores. “Nosotros aplicamos un arancel parecido al de la Universidad de Chile y, sin embargo, no tenemos ningún aporte del Estado significativo, entonces ahí está directamente la respuesta, por qué los aranceles finales de la U. de Chile son más bajos, porque el Estado les da plata”.
El presidente del Consorcio de Universidades Estatales (Cuech) y rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, señaló que en el sistema “hay una heterogeneidad arancelaria que no se justifica, hay una parte de universidades privadas que cobra unos aranceles muy superiores a lo que cuesta entregar una educación de calidad”.
Valle indicó que con miras a la gratuidad debiera fijarse “un estándar mínimo básico común para establecer los valores”. Y enfatizó que también se deben considerar los factores que inciden en el mayor costo de la docencia, como puede ser la territorialidad.
“El Estado no puede hacer diferencia en la calidad de la prestación que va a financiar, y no puede estar disponible para financiar formación de ingenieros de $4 millones y formación de ingenieros de $ 6 millones”, afirmó.