Ultimo informe de la organización, que reúne a 34 países, destaca que en Chile se gasta un 2,4% del PIB en ese sector.
La realidad nacional también revela que posee uno de los mayores gastos privados en educación terciaria, con un 62% del total.
Chile volvió a aparecer como uno de los países que más gastan en educación superior. Esta vez, ocupa el cuarto lugar entre los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), más tres que adhirieron a la medición, superando a naciones como Corea del Sur y Finlandia, según el último informe de Education at a Glance, que elabora este organismo. La situación nacional sólo es superada por Estados Unidos (2,7%), Costa Rica (2,5%) y Canadá (2,5%), mientras que el promedio Ocde es de 1,6%. El estudio se señala que nuestro país gasta un 2,4% de su PIB en educación terciaria, considerando la inversión pública (38%) y privada (62%).
Para José Joaquín Brunner, académico de la U. Diego Portales, esto ‘es bien notable, y lo que ahora se puede constatar es que la relación entre gasto privado y gasto estatal tiende a un mayor equilibrio, en comparación con los últimos 10 años es notable’. El experto de la UDP remarcó que el Estado está invirtiendo más en educación superior, ‘lo que alivia el bolsillo a través de becas y créditos y, dado que el gasto privado es tan alto todavía, es muy difícil que siga aumentando’. Para lograr un crecimiento, señaló Brunner, ‘lo que tendría que hacer el Estado es reemplazar peso por peso lo de las familias, por eso es que el Ministerio de Hacienda hizo esa fórmula de gratuidad universal’.
Por otro lado, Mathias Gómez, investigador de políticas educativas de Educación 2020, sostuvo que la cifra en sí no es buena, ya que la mayoría del gasto ‘es con cargo a las familias. De alguna manera esto es una trampa, porque está asociado a una lógica de endeudamiento que es grande’, señaló el experto, quien agregó que el país debería aumentar su gasto público en educación, el que, de acuerdo al mismo estudio, alcanza un 3,7% del PIB, muy por debajo del promedio de la Ocde de un 4,5%. Para Gómez, que Chile sea el cuarto país que más gasta en educación superior (universitaria y técnica) no dice mucho, ya que hay otras naciones que, con menos gasto, son más eficientes. En ese sentido, remarcó que ‘la lógica de mercado en la cual está la educación, que permitió aumentar la cobertura, no se ha transformado en calidad.
Somos uno de los que más gastamos, pero eso no se plasma en mejores tasas de egreso’. En esa línea, Brunner también sostuvo que no se sabe qué sucede con la calidad en la educación superior y otros aspectos.
Mayor gasto del PIB
En total, Chile como país gasta un 5,5% de su PIB en educación, desde la primaria hasta la terciaria, por encima del promedio de la Ocde, que es un 5,2%. Sin embargo, hay cifras en las que el país continúa lejos del promedio. Por ejemplo, en el nivel superior, un 62% de los gastos provienen del sector privado, la mayoría de ellos de las familias. Esto es el doble de la tendencia en la Ocde, en donde el promedio es de un 30%.
Sobre esto, Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, fundación integrada por ex asesores del ex Presidente Sebastián Piñera, sostuvo que la tendencia de los países de la Ocde es a ‘un incremento en el gasto privado y público. A diferencia de lo que está pasando aquí con las reformas’. En ese sentido, Figueroa señaló que, observando las reformas que se han aprobado y las que se están legislando, ‘hay una tendencia negativa que busca una política de reemplazar más que incorporar nuevos recursos. La discusión en materia de educación superior, centrada en la gratuidad, va en esa línea, de reemplazar aportes privados por públicos y es contraria a la tendencia’.
Una visión distinta tiene Ernesto Treviño, investigador del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación de la U. Católica, quien dijo que ‘los países más razonables de la Ocde no muestran una tendencia hacia lo privado y en general no tienen los niveles de desigualdad que hay en Chile’. En esa línea, Treviño sostuvo que el Estado debe aumentar su aporte en la educación, ya que ‘si en un país, de amplia desigualdad y segregación, haces que las oportunidades dependan de la capacidad de pago, vas a reproducir la desigualdad’. En general, dijo el experto de la U. Católica, lo que pasa en los países de la Ocde es que ‘hay un alto compromiso del Estado con el financiamiento de la educación, por lo que las oportunidades dependen menos del ingreso de las familias. Ahí el Estado está al debe’.
El desafío, subrayó Treviño, es cómo el país sustituye el gasto privado por el público. La gratuidad, dijo el experto, busca que no existan barreras económicas para entrar a la educación superior, ‘pero alguien tiene que financiar a las instituciones y ahora, con la gratuidad, se les están entregando recursos que son más o menos similares a lo que ya se pone ahora en términos de becas y créditos. Pero hay una distancia grande entre lo que aporta el Estado y los costos reales que hay por alumnos en las universidades’. En ese sentido, Treviño dijo que si se mantiene así la gratuidad, lo que puede pasar ‘es que los planteles reduzcan su calidad en los servicios, porque tendrán que solventar el déficit del nuevo beneficio’.