La iniciativa planteaba la salida de los bancos del sistema de financiamiento y un nuevo crédito manejado por el Estado. La propuesta legal, que continúa en el Congreso, está en proceso de tramitación, pero pronto quedará archivado.
El martes, durante la discusión del proyecto de educación superior en la comisión de la Cámara de Diputados, Giorgio Jackson (RD) le planteó al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que la reforma “no toca el CAE”. La respuesta del responsable de la finanzas del país fue clara: “Se mantiene el sistema de crédito que existe”, según aclaró, para aquellos estudiantes de instituciones que no adscriban a la gratuidad.
La permanencia del Crédito con Aval del Estado (CAE) es uno de los puntos más cuestionado por algunos parlamentarios y, sobre todo, por los estudiantes, quienes plantean que esta herramienta-que desde 2005 incluyó a los bancos en el financiamiento estudiantil- ha contribuido a “mercantilizar” la educación superior y a endeudar a las familias.
Una crítica que el movimiento estudiantil levantó como bandera de protesta en 2011 y que un año después llevó al gobierno de Sebastián Piñera a presentar un proyecto que diseñaba un nuevo sistema de financiamiento sobre la base de la eliminación del CAE.
La iniciativa presentada por el entonces ministro de Educación Harald Beyer propuso el fin del CAE y del Fondo Solidario para crear un mecanismo que combinara las becas con un crédito manejado completamente por el Estado y sin la participación de los bancos.
“La motivación principal fue tener un sistema único de financiamiento estudiantil, más que diversos subsistemas. Evaluamos el costo para el Estado de modelos de financiamiento alternativo. El CAE, tal como estaba, suponía un importante subsidio de tasa de interés y una relativamente baja tasa de recuperación”, explicó Harald Beyer, hoy director del Centro de Estudios Públicos (CEP), quien agregó que “hechos los cálculos salía más conveniente un financiamiento del Estado, sobre todo porque ello posibilitaba un descuento por planilla de forma equivalente a como se pagan los impuestos a la renta en la actualidad”.
En esa línea, Raúl Figueroa, actual director ejecutivo de la Fundación Acción Educar y que participó en el diseño de la iniciativa en su rol de asesor del Mineduc durante la administración Piñera, remarcó que el proyecto planteaba “un mecanismo en que la banca dejaba de participar y el Estado asumía el costo de un nuevo crédito en un esquema más solidario. El diseño implicaba un menor desembolso fiscal que lo costeaba el CAE al sacar a los bancos y al mejorar las condiciones de cobro”.
La iniciativa planteaba que el pago del crédito fuese contingente a la renta, por lo que la cuota podía variar entre un 5% y un 10% de los ingresos de los deudores. Planteaba, además, que quienes ganaran menos de ocho unidades tributarias mensuales (UTM), es decir $ 365.792 a valor de hoy, no tendrían que pagar.
Si bien esta iniciativa no prosperó -figura en tramitación, pero pronto debería quedar archivada-, la demanda por terminar con el CAE persiste y se vuelve más fuerte en algunos sectores que están descontentos porque la actual reforma a la educación superior no interviene dicho crédito.
“Sin duda, el hecho de que hasta la derecha haya comprendido que había que sacar a la banca privada de la educación superior da cuenta que es impresentable que la reforma no se ponga como objetivo incuestionable eliminar el CAE”, remarcó la diputada Camila Vallejo (PC).
En tanto, para Jackson el “gobierno de Piñera, producto de las masivas movilizaciones en 2011, se vio forzado a proponer la eliminación del CAE, pero consolidando un sistema de endeudamiento”. En ese sentido, el parlamentario por Santiago remarcó que en educación superior se debe “llegar a un sistema universalmente gratuito, es decir, sin pago al estudiar y sin deuda al salir”.
Para el senador Jaime Quintana (PPD), ese proyecto pertenece a “otro contexto, hoy estamos avanzando en gratuidad. Esa discusión tenía una virtud, que era que sacaba la banca privada del sistema, pero seguía manteniendo inalterable el sistema de endeudamiento (…). El CAE debería ser eliminado en la transición (a la gratuidad universal)”.
Distinta opinión respecto al CAE tiene el senador Ignacio Walker (DC), quien enfatizó que es partidario de un sistema mixto de financiamiento. “Lo que propone el proyecto es un sistema de financiamiento mixto, que considera cinco fuentes: aportes directos del Estado, gratuidad, beca, crédito y aportes de la familia”.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la U. Central y vocero de las instituciones privadas de la Confech, Gabriel Iturra, agregó que “ninguno de los gobiernos ha terminado con el CAE y esa es nuestra preocupación. Exigimos gratuidad universal y no mejorar el sistema de crédito sino que hacerlo desaparecer”.