Dice que hay liceos nuevos que superan en desempeño a otros con más trayectoria. Remarca que los recintos emblemáticos son “ascensores de movilidad social”.
El director de la Fundación Acción Educar, Raúl Figueroa, defendió la selección y los liceos Bicentenario.
– ¿Cómo interpreta las modificaciones a la admisión?
– Me llamó la atención la exigencia de 30 años para demostrar que cuentan con trayectoria y prestigio. Hasta dónde yo recuerdo, la ley no establece ese plazo, sino que dice se debe tener prestigio reconocido. Pero establecer que la manera de acreditar prestigio son 30 años, eso evidentemente deja fuera a una serie de recintos que cumplen los requisitos, pero por una cuestión formal quedan imposibilitados para desarrollar este sistema de admisión excepcional.
– ¿Es un error pedir esta experiencia?
– El hecho de que se establezca un plazo tan largo para demostrar prestigio no puede ser la única forma de acreditar esta cualidad. La antigüedad del establecimiento es un criterio, pero no es la única forma para evaluar el prestigio de un colegio o liceo. Esto queda demostrado porque hay instituciones que en un corto tiempo han sido capaces de construir proyectos educativos con características especiales y con mejores resultados que incluso liceos muy antiguos. Eso también es prestigio. Me llama también la atención que para los efectos de medir la excelencia académica no se utilice la clasificación del Sistemade Aseguramiento de la Calidad.
– ¿Por qué?
– Lo razonable hubiera sido incorporar la clasificación de colegios que establece la Agencia de Calidad y no se está pensando así, lo que creo que es un error. Y lo considero una equivocación porque tenemos que ir incorporando la cultura de la clasificación de la Agencia como la única manera de medición de calidad. Pero, además, la manera en que está redactado se parece mucho a lo que se usa, por ejemplo, en el Sistema Nacional de Evaluación del Desempeño (Sned), que se usa para otorgar una subvención de excelencia académica. Me parece más razonable aplicar la medición del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, que apunta a reconocer establecimientos de alto desempeño y que incorporar a los colegios a una cultura de calidad. Creo que no es positivo establecer un mecanismo distinto a la manera oficial que en Chile se tiene de evaluar a los colegios y que se tiene que empezar a instalar culturalmente en Chile como la única.
– ¿Por qué dejar que unos pocos seleccionen?
Esto fue muy discutido mientras se tramitaba la Ley de Inclusión. Grupos transversales exigieron y reconocieron la necesidad de que los establecimientos que sean de alta exigencia puedan tener procesos de selección. Esto, porque son recintos de alta exigencia que parten de la base de, primero, reconocer el esfuerzo de los jóvenes y sus familias para acceder a colegios que les permiten acceder a mejores oportunidades para el ingreso a la universidad. Los llamados liceos emblemáticos y los Bicentenario son verdaderos ascensores de movilidad social y no podemos prescindir de ellos.