La prueba de matemáticas es la que tuvo los peores resultados, en comparación con la última medición de 2018. Y fue para ambos niveles, cuarto básico y segundo medio. Incluso presentó sus peores puntajes desde 2012, cayendo 11 puntos. También en matemáticas aparece una brecha en ambos niveles, pero las mujeres son las que más disminuyen sus resultados en la última medición.
La educación sigue siendo un gran problema para el gobierno. Este miércoles el Mineduc y la Agencia de Calidad de la Educación entregaron los resultados del Simce 2022 y las cifras no son para nada alentadoras, para muestra un botón: en matemáticas se observa la mayor baja de los resultados para ambos niveles (4° básico y II medio) respecto a la medición de 2018, incluso es el peor resultado en más de 10 años.
Los resultados fueron entregados por Gino Cortez, secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, y la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, luego de que la prueba fuera aplicada en noviembre del año pasado a más de 500 mil estudiantes, tanto en lectura como en matemáticas.
Los resultados “corresponden a una fotografía del estado de la educación en el país luego de la pandemia”, advierte el Mineduc. Hasta 2019, la prueba era tomada de forma anual, pero ese año, a raíz del estallido social y las protestas, sólo pudieron rendirla los octavos básicos. Luego, durante la pandemia fue suspendida y retomada en 2022.
La prueba de matemáticas es la que tuvo los peores resultados, en comparación con la última medición de 2018, para ambos niveles. De hecho, los resultados de los cuartos básicos mostraron uno de los peores descensos, al pasar de 260 puntos en 2018 a 250 en 2022, es decir, una baja significativa de 10 puntos a nivel nacional. Al comparar con mediciones anteriores, se puede ver que el puntaje cayó once puntos respecto de 2012 (cuando llegó a 261), ubicándose así como la más baja en diez años. La cifra iguala a la de 1999, según un informe de la misma Agencia de Calidad.
Previamente (entre 1999 y 2012), el puntaje se mantuvo relativamente estable, pasando de 250 en 1999, a 246 en 2007. Desde entonces (2007) la cifra fue en ascenso sostenido, hasta alcanzar los 261 en 2012.
En esta prueba, “se observa una baja en los puntajes de las mujeres, lo que hace que la brecha de aprendizajes, antes inexistente, sea significativa en esta medición”, destacó la Agencia.
Otro dato preocupante de la medición radicó en los Estándares de Aprendizaje, que miden en qué nivel -insuficiente, elemental o adecuado- se encuentran los estudiantes. Así, en cuanto a los cuartos básicos el Simce 2022 arrojó que la proporción de alumnos en el nivel Insuficiente aumentó en 8 puntos porcentuales respecto de 2018 (de 37% al 45%). Mientras que aquellos que se encuentran en el nivel Adecuado disminuyeron del 25% al 18% en el mismo periodo.
Estas brechas aumentan en las mujeres, donde el nivel Insuficiente tuvo un aumento mucho mayor que en hombres, pasando del 39% al 50%.
En el caso de los II medios, el puntaje promedio entre 2018 y 2022 descendió fuertemente, en 12 puntos (de 264 a 252). El puntaje fue casi el mismo que el de 2008, cuando el promedio nacional fue de 250 puntos, y el más bajo en doce años: en 2010 el puntaje fue de 256, y en 2008 de 250. Y, al igual que en los cuartos básicos, aumentó en 8 puntos el porcentaje de estudiantes en el nivel de aprendizaje Insuficiente en el mismo periodo.
En ambos niveles, las bajas significativas en los puntajes se replicaron en todos los grupos socioeconómicos. Aun así, la Agencia de Calidad detalló que “la brecha entre GSE Alto y Bajo sigue siendo muy significativa, con 59 puntos de diferencia” en el caso de los cuartos básicos.
En cuanto a la medición de lectura, los resultados fueron igualmente negativos, aunque estadísticamente menores que en el caso de la prueba de matemáticas.
Así, en los cuartos básicos el puntaje disminuyó en 4 puntos entre 2018 y 2022 (de 271 a 267 puntos), la que no es estadísticamente significativa. Y, “contrario a las proyecciones, el promedio nacional se mantiene”, expuso la Agencia.
En cuanto a los estándares de aprendizaje, también disminuye la proporción de estudiantes en el nivel Adecuado, la que pasó del 45% al 40%. Y aumenta en el nivel Insuficiente del 29% al 32%.
En el caso de los segundos medios, la prueba de lectura fue registró una caída de 6 puntos, pasando de 249 en 2018 a 243 en 2022. Esto implica una disminución, en la última década, de 16 puntos, puesto que en 2012 ésta alcanzó los 259 puntos, coronándose como la cifra más baja en diez años.
En el caso de los estándares de aprendizaje, aunque los porcentajes casi se mantuvieron, plantean una preocupante panorama: más de la mitad de los estudiantes (53%) se encuentra en el nivel Insuficiente. En 2018 llegó al 50%.
Ávila: “Este es el Simce de la pandemia”
Sobre los resultados, el ministro de Educación señaló que “este es el Simce de la pandemia, este es el Simce de los últimos cuatro años. Es la fotografía del sistema educativo que nos señala cuáles son los efectos que tuvo en el ámbito socioemocional y el aprendizaje el distanciamiento de las y los niños y los jóvenes de los centros educativos”, dijo. Y recalcó que “la presencialidad es insustituible”.
La subsecretaria Arratia señaló que “nadie que trabajara en educación podía pensar que iba a tener buenos resultados ahora, porque venimos teniendo una tendencia más bien de estabilidad de resultados los últimos diez años, y donde se ha reducido la brecha (socioeconómica) es más bien porque han bajado los grupos altos, que no es lo que quisiéramos”.
Los resultados del Simce, agrega la autoridad, se explican porque “Chile tenía una organización del sistema educacional que de alguna manera mantenía inequidades estructurales. Y respecto a eso se hicieron varias reformas estructurales: Ley de Inclusión, Ley de Carrera Docente (…) pero esas reformas estructurales se han demorado en llegar al aula. Y es en el aula donde se juega el partido de cuánto aprenden, o no, los niños. Ahí es donde tenemos que trabajar más ahora”.
“No tenemos resultados que sean positivos. O sea, claramente tenemos una deuda con los niños y niñas”, reconoció Arratia. Y aclaró que los esfuerzos del plan de reactivación educativa están puestos tanto en matemática (”estamos priorizando trabajo con formación docente y con intervención en las escuelas”, dice) y en lenguaje, donde “hay más posibilidades de hacerlo desde fuera de los establecimientos”, señala haciendo referencia al plan nacional de tutores, al cual ella misma se inscribió.
Por otra parte, Ávila destacó el “significativo aumento” del puntaje promedio de los establecimientos que se encontraban en categoría de desempeño “insuficiente” los últimos cuatro años en la evaluación de matemática y de lenguaje de cuarto básico. En esa mejora habrían incidido “dinámicas de colaboración”, aprendizajes vinculados al “desarrollo socioemocional” y el fortalecimiento del vínculo familias-escuelas, entre otras variables.
Por otra parte, la Agencia de Calidad de la Educación sostuvo que este año, producto de la pandemia, el Consejo Nacional de Educación aprobó modificar el Plan de Evaluaciones y suspender la “categoría de desempeño”, que ordenaba a los establecimientos educacionales a partir de sus resultados.
La Ley 20.529, que regula esta medida, establece en su párrafo 5, artículo 31, que el recinto que esté por cuarto año en categoría “insuficiente” perderá su reconocimiento oficial. Esta disposición también será suspendida para el Simce que se tomará este año, a fines de octubre, informó la subsecretaria Arratia.
Escenario “desfavorable”
Tras conocerse los resultados, las reacciones de los expertos no se dejaron esperar. Jorge Ibáñez, director de política educativa de Educación 2020, comentó que “nos encontramos en un escenario menos desfavorable del que se esperaba, a pesar de que Chile fue unos de los países que demoró más tiempo en retornar a las clases presenciales. Ahora bien, si miramos las tendencias de los últimos años, los resultados están estancados, no hay mejoras considerables”.
Ibáñez agrega que es clave “fortalecer los aprendizajes con mayor foco en matemáticas y en estudiantes de enseñanza media, promover el desarrollo socioemocional, dado su impacto favorable en los aprendizajes y en materia de convivencia escolar” junto con “erradicar las brechas de género que perjudica el aprendizaje de las estudiantes”.
Por su parte, Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, sostiene que “no pueden haber dos lecturas de estos datos, como insinúa el Mineduc. El Simce muestra un retroceso gravísimo en los aprendizajes, especialmente en la educación media y en matemáticas, similar a lo observado en otros países. El problema es que esta ‘fotografía’ del sistema ya es antigua, y el plan de reactivación que el gobierno impulsa es insuficiente y tardío para abordarlo. De partida, las iniciativas de reactivación de aprendizajes, como las tutorías, son de alcance y cobertura muy limitada, y no cubren la educación media. No podemos dar por perdidos a esos estudiantes”.
En tanto, Alejandra Falabella, doctora en sociología de la educación del Institute of Education de la Universidad de Londres, dijo que ”lo positivo de esta aplicación Simce es que fue sin consecuencias a las escuelas. La experiencia de la pandemia evidencia que los equipos docentes no requieren amenazas ni premios para hacer mejor su trabajo, requieren de buenas condiciones laborales, formación continua, acompañamiento profesional y tiempo para preparar bien sus clases y evaluar los procesos de aprendizaje de sus estudiantes”.