LUN: Análisis de Acción Educar; Las 61 instituciones de educación superior que no están acreditadas

A partir del 2020 todos los planteles estarán obligados a haber iniciado su proceso de acreditación.

103.047 alumnos están matriculados este año en alguna institución no acreditada, según el cálculo de Acción Educar.

Por Ó. Valenzuela

Hoy más de 100.000 estudiantes están matriculados en instituciones sin acreditación: así lo concluye el estudio ‘Radiografía al sistema de educación superior chilena no acreditado’ de Acción Educar. ¿Qué significa estar acreditado? La Comisión Nacional de Acreditación (CNA), organismo encargado de otorgarla, la define para un plantel como ‘una certificación de calidad de sus procesos internos y sus resultados’. Su principal efecto es que, al no tener este sello, sus alumnos no pueden acceder a la gratuidad, becas del Mineduc y ni siquiera al Crédito con Garantía Estatal (CAE).

¿Cómo se logra la acreditación? ‘Primero la institución se autoevalúa en gestión y docencia de pregrado, las áreas obligatorias; también hay áreas adicionales. Manda ese informe a la CNA, que a su vez le envía pares evaluadores, que son académicos de otra universidad que hacen una visita de análisis’, explica Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar. Esos académicos envían luego un informe a la CNA; ahí se vota si se otorga el sello de calidad y por cuántos años.

¿Se paga por acreditarse? Sí. Los precios de este año fueron fijados en el Diario Oficial del 23 de diciembre de 2017. Ahí se aclara que las universidades e IP con hasta dos sedes cancelan 330 UTM (aprox. $15.800.000), por solicitar la acreditación en áreas obligatorias. Cada área adicional cuesta 39 UTM y 17 UTM por cada sede que se suma. Para los CFT la tarifa baja a 313 UTM por las áreas obligatorias y 37 UTM por cada adicional. Si quiere sumar más de dos sedes sale a 16 UTM cada una.

Se vienen cambios

El desglose de las 61 instituciones que hoy no están acreditadas (ver tabla) incluye universidades, institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (IP). Se dividen en autónomas (que pueden decidir por sí mismas sus funciones académica y financiera), en licenciamiento (se encuentran realizando mejoras para solicitar la autonomía al Consejo Nacional de Educación), en examinación o supervisión (se revisa su funcionamiento pero no conduce a la autonomía) y hay una minoría en proceso de cierre.

Hasta la Ley de Educación Superior, promulgada en mayo, la acreditación era voluntaria. Por eso hoy coexisten planteles que nunca han pedido someterse a esta evaluación -como la U. de Aconcagua-, otros que la tuvieron y no se les renovó -como la U. Gabriela Mistral- y aquellos que se presentaron al proceso y nunca han podido sortearlo con éxito, como la U. La República, indica el estudio.

Pero las reglas variaron y en el futuro todos deberán pasar por esta prueba. Daniel Rodríguez advierte que con los cambios hay un grupo de ‘instituciones vulnerables’ que podrían cerrarse. ‘Más de la mitad de las no acreditadas tiene menos de 500 alumnos. Son demasiado chicas y no pueden enfrentar el mismo proceso que un gigante como, por ejemplo, la Universidad de Chile. Es importante que el Mineduc tome las medidas para evitar que esos estudiantes no tengan dónde seguir sus estudios’, subraya.

Mayores exigencias

La nueva ley tiene plazos definidos. ‘Para el año 2020 todas las instituciones deben haber iniciado un proceso de acreditación’, explica Ariel Ramos, investigador de política educativa de Educación 2020. ‘De aquí a no menos de seis años debiesen estar todas las instituciones acreditadas’, agrega. ‘Aquellas instituciones que no cumplan el nivel básico se les restringe la posibilidad de matricular alumnos, abrir nuevas carreras o aumentar los cupos, hasta que no corrija las observaciones.

En caso de no reacreditarse viene una intervención y si no puede mejorar, llega a proceso de cierre’. ‘Se podría hablar que hay instituciones que tendrán más problemas al minuto de acreditarse, porque van a tener que regularizar varios procesos de gestión interna; en algunos casos puede que se fusionen y otras derechamente no van a pasar los controles y van a tener que cerrar’, concluye Ramos.

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