En general, las chilenas aún optan por carreras de salud o educación. ¿Por qué siguen siendo minoría en las ingenierías?
Las mujeres la llevan
El 2007, los sexos estaban más o menos equilibrados en la educación superior chilena: en todo el sistema, había 6.000 hombres más que mujeres. Pero en estos 10 años la matrícula femenina pegó un tremendo salto de 65,6% y la tortilla se dio una vuelta espectacular: actualmente las mujeres aventajan en cerca de 51.000 estudiantes a los varones.
Según datos del Servicio de Información de Educación Superior (SIES), del Mineduc, más de la mitad de esas 614.683 alumnas estudia en una universidad; más atrás vienen los institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT).
Más alumnos en general
Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, ve este fenómeno como un coletazo del alza general que ha vivido la matrícula en nuestra educación superior en los últimos 10 años. ¿La causa principal? A su juicio, la mejora en los mecanismos de ayuda financiera para pagar los estudios. ‘Eso se traduce en ofrecerle mayores oportunidades a los jóvenes. Se están incorporando cada vez más estudiantes y eso implica abrir un mayor campo para las mujeres’, estima.
Figueroa destaca que ya en el liceo las mujeres mandan: ‘Hay 48% de hombres que egresan de 4° medio, versus 52% de mujeres’. Que esa participación escolar ya se esté reflejando en la educación superior debiese llevarnos a un punto razonable de equilibrio. ‘Uno podría suponer que eso se mantendrá, pero es difícil de anticipar’, comenta.
Profes versus científicas
De acuerdo al SIES, la carrera con más mujeres es Enfermería (más de 33.000 alumnas), seguida de Sicología, Derecho, Ingeniería Comercial y Pedagogía en Educación Diferencial. En cuanto a porcentajes, las carreras con mayor presencia femenina son las de educación -encabezadas por Párvulos y Diferencial- y las del área de la salud.
¿Por qué ellas se inclinan más a la docencia? ‘Hay algunas hipótesis. Antiguamente, para las mujeres era una forma de obtener una profesión y validarse. Era muy reconocida la figura de la maestra y aún hay una suerte de tradición cultural. Por otro lado, en términos laborales estas carreras podrían ser más flexibles para una mujer y madre, a través de un contrato variable o trabajo de media jornada’, opina Juan Luis Cordero, sicólogo educacional e investigador de Elige Educar.
‘Hay que considerar que en el sistema educativo alrededor del 75% de los profesores son mujeres, lo que también se va perpetuando y más mujeres ven modelos a seguir’, añade.
También surge la pregunta de por qué las jóvenes escogen menos el área de la ciencia, la tecnología y las ingenierías. ‘Hay estudios que indican que las expectativas de los padres y profesores inciden en la elección de carreras, y esas expectativas de la sociedad van más en la línea humanista’, recalca Cordero.
La visión de la ministra
Adriana Delpiano, ministra de Educación, destaca que hoy las alumnas concentran el mayor número de ayudas estudiantiles. ‘De los más de 139.000 jóvenes que accedieron a Gratuidad en 2016, el 54,9% son mujeres; mientras que el 62,2% cuenta con algún beneficio estatal, es decir, más de 375.000 mujeres. Esto demuestra que las políticas públicas han contribuido a fortalecer la presencia de las mujeres en la educación superior’, sostiene.
‘Ahora, lo importante es asumir el desafío de que así como logramos construir un espacio en que no se discrimina por género, también podamos construir un sistema de educación superior que no discrimine por situación socioeconómica’, agrega.