Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, se entera del caso de Bastián, el exitoso médico egresado de la Universidad del Mar (ver nota en página 2), y comenta: “Es un buen ejemplo de un estudiante de una universidad privada que, gracias a sus capacidades y lo que su casa de estudios le dio en su minuto, pudo instalarse en el sistema laboral”.
-¿El prestigio en Chile está muy relacionado con la universidad de procedencia?
-Afortunadamente, cada vez se destaca más el trabajo que realizan las privadas. Cada vez es menor la diferencia entre el estudiante de una tradicional y una privada. Desde ese punto de vista se han ido validando los proyectos privados de tal manera que el prestigio depende de las capacidades de cada profesional.
-¿Y por qué las privadas tienen mala fama?
-Tanto en el mundo privado como en el estatal existen proyectos que no alcanzan la calidad que se espera. Pero la realidad es que son mucho más trascendentales los aportes que hace el sistema privado que los problemas que arroja. Es importante no estigmatizar a las privadas.
Figueroa, abogado de la Universidad Católica y ex jefe de Asesores del Ministerio de Educación, asegura que estas casas de estudio han tenido “tres aportes fundamentales” al desarrollo del sistema educacional chileno. “Gracias a ellas hay más alternativas para poder escoger, existe una amplia diversidad de programas disponibles, y por esa vía han permitido ampliar la cobertura del sistema a los jóvenes de familias de menos recursos”.
Y agrega: “Antes de la incorporación de estos centros, nuestro sistema de educación era extremadamente elitista. Sólo los jóvenes de familias acomodadas tenían acceso a la educación superior. Esto cambió gracias al aporte del mundo técnico y de las universidades privadas”.
Bastián es uno de estos casos. El joven cuenta que su madre, que falleció de leucemia en 2006, era profesora en una escuela pública y que su padre trabaja como chofer de buses. “Pude estudiar a punta de créditos y también gracias a lo que ganaba en un gimnasio haciendo clases de bodyjam , las mismas que están de moda gracias a la Francini” bromea. “Con los créditos estudiaba y con la otra plata lograba movilizarme y pagar las fotocopias”.
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