La U. de Talca acaba de sumarse al grupo con más años de certificación.
El 12 de septiembre pasado la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) acordó acreditar por 6 años a la Universidad de Talca. Con este logro -antes estaba certificada por 5 años- la institución se sumó al grupo de los 10 planteles con mayor cantidad de años acreditados.
‘Estamos en la senda de las grandes universidades y nos compromete más con la tarea de formar a los jóvenes, aportar a nuestro territorio y también hacer ciencia de altísima calidad’, dice Álvaro Rojas, rector de la U. de Talca. ¿Pero exactamente qué es la acreditación? Se podría definir como un ‘sello de calidad’ que reconoce que el plantel cumple ciertos estándares en distintas áreas, como gestión administrativa, calidad de las carreras o cuerpo docente, por ejemplo.
La CNA define a la acreditación como un proceso que ‘certifica el cumplimiento del proyecto de la institución y la existencia, aplicación y resultados de mecanismos eficaces de autorregulación y de aseguramiento de la calidad’. Aparte de las casas de estudio, también se pueden acreditar las carreras. De hecho, es obligatorio para Medicina, Odontología y Pedagogía.
Para obtener este sello, el primer paso es que el plantel se autoevalúe y envíe ese informe a la CNA, que a su vez designa a observadores externos que emiten un informe. A partir de esas referencias, la CNA puede otorgar la certificación y define cuántos años tendrá de validez: a mayor cantidad de años, mejor. En términos prácticos, el estudiante de una institución no acreditada no puede acceder a becas y beneficios estatales.
‘La acreditación es un piso mínimo para garantizar calidad; por lo tanto, siempre debe ser tomada en cuenta por los estudiantes a la hora de elegir una institución’, subraya Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar. Hasta el año pasado la acreditación era voluntaria. ‘Ahora, tras la publicación de la Ley de Educación Superior, es obligatorio que todas las instituciones estén acreditadas a partir del año 2020. Esto significa que si una institución no logra acreditarse o se acredita dos veces consecutivas en categoría básica, la normativa determina restricciones a su autonomía y eventualmente su cierre’, advierte Vergara.