Durante 2015, un 29,8% de los solicitantes del Crédito con Aval del Estado, CAE, pertenecía al cuarto y quinto quintil de ingresos. Acción Educar atribuye las cifras a mejores beneficios que otorgan las universidades del CRUCh.
Desde su creación, el Crédito con Aval del Estado (CAE) ha sido blanco de críticas, principalmente por las altas tasas de interés que traía consigo, y que llevaba a que los estudiantes tuvieran un sobreendeudamiento al egresar de sus carreras.
En 2011 el Presidente Sebastián Piñera tramitó un proyecto que disminuyó la tasa de interés promedio que era de 5,48%, a un 2% anual mediante un subsidio estatal, como también estableció que los estudiantes destinaran un máximo del 10% de sus ingresos mensuales al pago del crédito.
Como desde entonces a la fecha han sucedido muchos cambios detrás de las cifras del CAE, Acción Educar -fundación ligada al ex Presidente Piñera- realizó una radiografía al beneficiario de este crédito.
Durante 2015, el Estado otorgó créditos CAE a 92.552 estudiantes, entre alumnos de Centros de Formación Técnica (CFT), Institutos Profesionales (IP) y Universidades. De este total, 11.391 o sea un 12,3% fue para estudiantes del quinto quintil de ingresos, es decir el de mayores ingresos del país. Si esto se suma a los del cuarto quintil, llegan a un 29,8%. Esta cifra no parece alta, pero hay que considerar que entre 2006 a 2011, ningún estudiante de este quintil tenía crédito CAE.
Para Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, la participación de alumnos de mayores ingresos se debe a que se incrementó el presupuesto que se destinaba al CAE, lo que permitió que más personas tuvieran acceso al crédito.
Un análisis detallado señala que un 19,2% de los alumnos que estudian en universidades y que reciben el CAE, son del quinto quintil. La brecha no es tanta en comparación a los alumnos del primer quintil que llegan a un 23,9%.
“Es que los jóvenes de los mayores quintiles no tienen otras ayudas del Estado, en cambio los jóvenes de quintiles de menores recursos cuentan tanto con el CAE como también con otras ayudas como las becas, las que no cubren a los jóvenes del quintil cuatro y cinco”, indicó Figueroa.
Dentro de las universidades con mayor matrícula en 2015, en primer lugar se encuentra la Universidad Andrés Bello que concentró el 6,78% de las matrículas y que recibió en promedio $10.086 millones por CAE entre 2006 y 2015.
En segundo lugar se encuentra la Universidad Santo Tomás con el 4,5% de las matriculas; y que obtuvo $7.169 millones por este crédito entre 2006-2015. Recién en séptimo puesto se encuentra un plantel estatal, la Universidad de Chile, con un 4,57% de las matrículas y con $1.870 millones por CAE.
Sin embargo, si estas cifras se analizan por los montos que entrega la Comisión Ingresa, aparecen instituciones como la Universidad Mayor, que recibió $5.202 millones durante el año pasado por concepto de CAE.
Como queda en evidencia, los primeros lugares corresponden a universidades privadas, ante lo cual Acción Educar señala que “se debe a que a diferencia de los estudiantes de CFT que reciben el mismo trato por parte del Estado (becas y créditos), en el sistema universitario los estudiantes de las instituciones agrupadas en el CRUCH tienen acceso a un sistema de becas y créditos más conveniente que las privadas”.
En el caso de los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, CFT y los IP, la situación es distinta, pues la cantidad de usuarios es mayor en el primer quintil, con 35,4% del total otorgado a dichos establecimientos, pasando a un 24,4% de alumnos en el segundo quintil, versus un 6,72% de del quinto quintil.
Entre los establecimientos que recibieron los mayores montos, se encuentran el IP Duoc UC, con un promedio de montos solicitados por CAE de $10.483 millones, y el CFT Inacap.
Figueroa señala que en “en el caso de las educación técnica se concentra el mayor número de alumnos vulnerables, por lo que no es raro que se concentre también el mayor número de alumnos con crédito”.