Parlamentarios de Chile Vamos dicen que una eventual administración de ellos mejoraría la legislación del sector. El asesor a cargo de las propuestas en educación del ex Presidente explica que buscarán perfeccionar el sistema de gratuidad.
A siete meses para la elección presidencial, el ex mandatario Sebastián Piñera es quien sigue liderando las preferencias para ocupar La Moneda: en la última encuesta Cadem obtuvo 24% de adhesión, siete puntos más que Alejandro Guillier.
Y ante la posibilidad real de volver a formar un gobierno, en varios sectores de la oposición están pensando en cambios a las leyes tramitadas durante la actual administración. Ese es el caso de la reforma a la educación superior, cuya idea de legislar fue aprobada el lunes.
El senador Andrés Allamand (RN), quien es parte de la comisión de Educación de la Cámara Alta, dice que “la irresponsabilidad legislativa del Gobierno supera todos los límites” y que “el actual proyecto de educación superior es un engendro que no deja conforme a nadie, por lo que lo razonable sería enfocar el debate, buscando los consensos que esta legislación demanda”.
Agrega que “todos los proyectos educacionales han tenido un pésimo diseño legislativo”, como la Ley de Inclusión, que ha sido ajustada hace poco, y el proyecto de Nueva Educación Pública, que traspasa los colegios municipales a agencias estatales, lo que a juicio de Allamand es inconstitucional. “La legislación aprobada en este Gobierno es tan deficiente, que cualquier gobierno que le suceda deberá corregir defectos, subsanar vacíos y abordar materias no consideradas”, afirma.
El diputado independiente de Chile Vamos y miembro de la Comisión de Educación, José Manuel Edwards, cree que el Ejecutivo apurará el proyecto para obtener “un triunfo político”, pero advierte que “ahora discutiremos una indicación sustitutiva y los nueve meses de discusión que ya tuvimos fueron en base a otro proyecto”. Agrega que en un eventual gobierno de la coalición, van a “sacar todas las trampas de la reforma que suponen un control político sobre las universidades, reenfocando el proyecto para que la educación superior tenga una visión de futuro y no esté anclada en el pasado”.
En esa línea, explicó que las indicaciones que introducirá próximamente al proyecto serán de tipo académico: sobre la duración que deben tener las carreras, el tipo de curriculum que deben impartir y “cómo impedir la influencia de los partidos políticos en las universidades”, para evitar que la mayoría de los miembros de la Comisión Nacional de Acreditación, que incidirá en el eventual cierre de universidades, sean elegidos por el Gobierno.
Sobre la reforma, el ex Presidente Sebastián Piñera ya dijo que mantendrá la gratuidad a los estudiantes que la recibieron, pero que para el resto se diseñará un sistema de becas y créditos. A cargo de esa tarea está el director de Acción Educar y ex jefe de la División de Educación Superior de Piñera, Raúl Figueroa, quien dice que el próximo gobierno debe compatibilizar “el máximo desarrollo del sistema de educación superior y la seguridad a los jóvenes de que las dificultades económicas nunca serán un obstáculo para estudiar”.
Dice que están trabajando en las propuestas para eventuales cambios a la reforma, y recuerda que el ex mandatario ya había enviado un proyecto de ley que apuntaba hacia ese sistema mixto. “Hoy la gratuidad es voluntaria para las instituciones y el trabajo pendiente es cómo perfeccionar el mecanismo sin que genere los problemas de financiamiento que hoy provoca”, añade.
Pero en la Nueva Mayoría dudan que en un eventual gobierno de Chile Vamos se pueda “retroceder” en las reformas. El presidente de la comisión de Educación de la Cámara, Rodrigo González (PPD), explicó que “una de las virtudes del proyecto es fijar la gratuidad por ley, y eso da certidumbre al sistema, porque ya no se entregará por glosa presupuestaria”.
Añadió que en el oficialismo “tenemos consenso en los puntos fundamentales para aprobar el proyecto a fin de año, aunque hay que afinar algunos detalles”, y que si un eventual gobierno de Piñera intenta retroceder en la reforma, “los propios estudiantes se encargarán de que no se vuelva hacia atrás, porque este proyecto representa un avance importante para la educación. Piñera no podrá retroceder”.