Informe de Acción Educar destaca que el 88% de los alumnos está matriculado en instituciones acreditadas.
El acceso a la educación, tanto escolar como superior, ha sido un tema transversal de todos los gobiernos en los últimos años, he incluso el debate ha ido variando en no sólo la cobertura de la educación, sino la calidad de la misma, y eso queda reforzado en la Reforma a la Educación Superior.
La fundación Acción Educar, realizó un informe redactado por su director ejecutivo, Raúl Figueroa, en donde abordan precisamente cómo ha sido la cobertura de la educación superior en Chile en los últimos años.
Como antecedente, explican que tras las reformas de los años ‘80, que permitieron la entrada de nuevos actores al sistema y ampliaron las fuentes de financiamiento, se evidenció un aumento significativo de la participación, y ya para 1990, esta cifra superó por primera vez el 20%. En este mismo año, eran más de 300 las instituciones de educación superior en el sistema, y desde entonces a la fecha, la cobertura ha ido aumentando en tasas sostenidas, superando el 50% en 2007.
Ahora bien, al analizar el número de matrículas en los últimos 10 años, se evidencia un aumento tanto en las universidades como en los Centros de Formación Técnica (CFT), destacándose el alza en este último que pasó de tener cerca de 200 mil matrículas en 2005, a 515.888 durante este año.
En el mismo periodo, las matrículas de universidades pasaron de 442.536 en 2005 a 654.334. El informe señala que “el aumento de la matrícula en la última década no provino de un mayor número de instituciones, sino a la ampliación de la oferta de las existentes. Es más, se registró el cierre de numerosos CFT.
De hecho, si en 1990 eran 160 los CFT que existían en Chile, está cifra cayó a 58 durante el 2014; mientras que la cifras de universidades privadas se ha mantenido; como también las cifras de las universidades del Cruch tanto estatales como privadas. Pero por el otro lado; el número de institutos profesionales también cayó, pasando de 81 en 1990 a 44 en 2014.
El informe también evalúa el aumento de la cobertura, tomando como ejemplo la “cobertura neta”, es decir el total de jóvenes entre 18 y 24 años que asisten a la Educación Superior, dividido por la población de 18 a 24 años. Este indicador señala que en el primer quintil de ingresos (20% más pobre); los jóvenes que accedían a la universidad pasó de un 4% en 1990 a un 27,4% en el 2013. En el segundo quintil, pasó de un 6,3% en 1990 a un 30,5% durante el 2013; mientras que en el quintil más rico, paso de un 33,1% en 1990 a 57,7% en 2013. Esto, para Acción Educar evidencia que “la cobertura total ha ido en aumento, descartando que el aumento de la matrícula responda sólo al crecimiento demográfico”.
En cuanto a las ayudas estudiantiles, el gasto ha aumentado de manera sostenida, pasando de $108 mil millones en 2005, a cerca de $970 mil millones en 2013. Pero esto ha estado enfocado principalmente a los quintiles más pobres lo que “ha permitido disminuir el carácter elitista del sistema, característica que ha tenido durante casi dos siglos”, según Acción Educar.
Respecto de la calidad de la educación, el Ministerio de Educación cifraba en 88% la proporción de estudiantes en instituciones acreditadas 2012.
Tras todos estos datos, Raúl Figueroa asegura que “uno de los objetivos que se ha plateado con la reforma, es ampliar el acceso y lo que demuestran los antecedentes disponibles es que Chile sobre la base de políticas de financiamiento distintas a la gratuidad, ha sido muy exitoso en esa materia, por lo tanto hay pocos elementos que justifiquen modificar en esa parte el sistema”.