El 93% de la primera generación con gratuidad en la educación superior, beneficio en vigencia desde el 2016, aún se mantiene estudiando, según el Ministerio de Educación.
Los datos recopilados indican que de los 94 mil 871 alumnos, el 83% se mantiene en la misma carrera, sólo un 2,7% continuó en la misma institución y el 6,7% se cambió a otra entidad.
Para la ministra Adriana Delpiano, las cifras de retención de estudiantes en la educación superior ratifican que la gratuidad es “un motor que ayuda a un sistema educacional más equitativo y justo para todos”.
En esa línea, Delpiano proyectó el aumento de alumnos con gratuidad para este año y señaló que estudiar lo que uno quiere, sin restricciones, le entrega muchas posibilidades a los jóvenes chilenos.
“Nosotros esperamos que un tercio de todos los estudiantes de educación superior este año lo hagan en gratuidad, dado que se subió al sexto decil y que se aumentó el número de instituciones que quisieron entrar también a la gratuidad. La posibilidad de estudiar lo que uno quiere y que no está limitado por el tema de los recursos, abre posibilidades a muchos jóvenes que el país se estaba perdiendo en su vocación, en sus talentos. Así que creo que le hace bien a Chile y a cada uno de los estudiantes”, comentó Delpiano.
El director de Acción Educar y asesor del Mineduc durante el pasado gobierno de Sebastián Piñera, Raúl Figueroa, concordó en que la gratuidad ha permitido reducir la deserción universitaria, sin embargo, remarcó la necesidad de analizar las cifras de estudiantes con otro tipo de beneficios.
“Para analizarla adecuadamente, hay que compararla con los demás estudiantes que estudiaron con becas y créditos, quienes también alcanzaron buenas tasas de retención. Además, los alumnos de universidades que en general son más selectivas y que tuvieron ayudas del Estado -ya sea gratuidad, becas o créditos- tienden a mantenerse en las carreras o en las instituciones”, explicó Figueroa.
Para Ernesto Treviño, académico e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, es importante mantener en el tiempo esta tasa de retención.
“Tenemos que monitorear que esta retención se mantenga a lo largo del tiempo, y para ello es indispensable que las instituciones que están adscritas a la gratuidad sean sustentables financieramente. Por el momento lo que se ha visto es que hay un conjunto de instituciones que suelen ser de alta calidad, que hacen investigación, que tienen costos mayores; están teniendo problemas para lidiar con la gratuidad”, indicó Treviño.
El diputado UDI y miembro de la Comisión de Educación de la Cámara, Romilio Gutiérrez, consideró positiva la baja deserción de los alumnos con gratuidad, no obstante, también recordó que se debe complementar con avances en otros beneficios para la educación superior.
“Es necesario avanzar en otros sistemas de ayuda, becas complementarias para los estudiantes de los primeros deciles, porque no solo está el gasto de la matrícula y el arancel, sino que también hay otros costos vinculados a la carrera que estudian”, agregó Gutiérrez.
Al 2017, más de 262 mil alumnos contaban con la gratuidad en la educación, cifra que, de acuerdo a estimaciones del Gobierno, podría aumentar a 360 mil para este año con la inclusión del sexto décil socioeconómico de la población en el acceso al beneficio.