En la antesala al inicio de la votación en particular de la Reforma a la Educación Superior en la Comisión de Educación de la Cámara, siguen las múltiples críticas al proyecto.
Una de ellas es la de Raúl Figueroa, Director Ejecutivo de AcciónEducar, quien es un habitual expositor en estas instancias y que ha sido durante estos 10 meses un duro crítico de la forma en que está estructurado el proyecto, así como también del fondo de éste. “Pasaremos a tener un sistema mediocre”, sentencia.
“La ley está muy lejos de ser lo que el país necesita para el desarrollo de su educación superior. Tanto en la estructura de financiamiento como en la nueva institucionalidad”, explicó el experto, asegurando que el proyecto implica una transferencia de un poder que recae en los individuos y las instituciones de educación superior al aparato estatal lo que, a su juicio, genera “una serie de presiones y exigencias que son desmedidas para el desarrollo del sistema”.
“Creemos que el Estado tiene que tener un control sobre el sistema educacional, pero ese control tiene que estar equilibrado adecuadamente con la autonomía de las instituciones y la diversidad de los proyectos educativos. Y eso no se cumple”, expresó en entrevista con El Dínamo.
“Este proyecto ha sido ampliamente criticado en lo técnico por una amplia gama de actores involucrados. Lo razonable sería escuchar esas críticas y adecuar esta iniciativa. Pero lamentablemente, desde el punto de vista político, parece que es cada vez más difícil que ocurra, debido a las diferencias que existen en la Nueva Mayoría y el poco margen de maniobra que tiene el Ejecutivo para perfeccionar el proyecto”, destaca, agregando que “si hay que aventurar un escenario futuro, pasaremos a tener un sistema de educación superior más bien mediocre, donde las posibilidades de desarrollo de las instituciones se verían limitadas a las condiciones económicas del Fisco y a los vaivenes de la política económica”.
Es así como sumado a los efectos en la autonomía de las instituciones y la limitación de la libertad de los estudiantes, el investigador de AcciónEducar prevé también que el sistema no se adaptará adecuadamente a los desafíos del mundo moderno, sino que estará estancado dependiendo de los recursos que el Estado pueda entregarle a cada institución. “No es que las instituciones vayan a desaparecer, pero van a ver con mucha dificultad sus posibilidades de máximo desarrollo, y eso nos va a llevar a un sistema que no va a estar en condiciones de responder a las necesidades de los jóvenes”, concluyó.
Hoy se inicia la discusión en particular de los primeros 50 artículos de la iniciativa -aún hay plazo hasta este viernes para ingresar indicaciones a los restantes artículos que, casualmente, son aquellos que abordan los temas más complejos- y desde el Gobierno le han pedido a los parlamentarios que se alineen, esperando con ello poder cumplir con el calendario autoimpuesto. Cabe recordar que ésta es una de las reformas emblemáticas de la Presidenta Michelle Bachelet, por lo que el Gobierno quiere tenerla aprobada previo al término de su mandato.
Adicionalmente, el Ejecutivo se comprometió a ingresar un proyecto que reemplaza el CAE y otro que fortalece la educación superior estatal, ambas exigencias de los parlamentarios de la propia Nueva Mayoría.