Categorizados como “insuficientes”, estos establecimientos están de menos en menos incluidos en las políticas públicas que ayuden en la calidad educativa de los académicos.
Público, privado, subvencionado son los tipos de instituciones educativas existentes en el país cuyos resultados académicos de alumnos son muy diferentes. Según los datos publicados recientemente por la Agencia de Calidad, los colegios subvencionados o municipales son aquellos con peor desempeño escolar, presentando de esta manera una clara brecha socioeconómica en el sistema educativo del país.
Ubicados en la categoría de “insuficiente” desde el 2016 es el nivel en el que cerca de 396 colegios públicos y subvencionados están clasificados. Para que una institución entre en esta categoría esto significa que “contexto en el que educan, no son capaces de entregar estándares mínimos de aprendizaje a sus alumnos”, explica para Daniel Rodríguez, Director Ejecutivo de Acción Educar.
Esta baja valorización académica en los colegios públicos y subvencionado es una tendencia reciente ya que según Rodríguez anteriormente las políticas públicas educativas eran “focalizadas y compensatorias” ya que se esforzaban en “priorizar los recursos financieros y pedagógicos en los más vulnerables y en los establecimientos que los educan” manifiesta el Director Ejecutivo de Acción Educar, y agregando que dicha tendencia se quebró con políticas enfocadas hacia la inversión de “recursos y reestructuración del sistema completo, sin priorizar”.
Si bien existen múltiples políticas y leyes que buscan la calidad para todos las instituciones educativas, estas aún son frágiles. Este es el caso de la Ley de Aseguramiento de la Calidad, creada por la Agencia que tiene una “clasificación de colegios, mandata” y obliga al ministerio a focalizar sus esfuerzos de orientación y apoyo en los establecimientos de nivel insuficiente, pero que “hasta el momento no se ha hecho de manera sistemática”, declara el experto.
Tomando en cuenta la existencia de la Agencia de Calidad como organismo institucional, y a pesar de sus carencias Rodríguez llama a a usarla y verla como “un marco en el cual los programas de apoyo adicionales que diseñe el Mineduc se despliegue”, concluye.
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