La Tercera: Asistencia escolar; 118 comunas tienen niveles peligrosos de ausentismo

Según expertos, cualquier nivel de inasistencia por sobre el 10% es considerado grave para la formación del estudiante. Este factor también afecta el financiamiento de la educación municipal ya que está ligada a la presencia del alumno en clases.

Por C. Mardones

En un año escolar, un alumno debe asistir al menos al 85% de las clases para avanzar al siguiente curso. Cuando las inasistencias superan los 20 días al año, es decir, el 10%, se considera un ausentismo crónico. Un análisis realizado por La Tercera constató que 118 comunas del país presentaron en 2015 promedios de inasistencia superiores a ese porcentaje.

Para realizar el sondeo se utilizaron bases de datos disponibles del Ministerio de Educación y no se consideraron alumnos retirados o trasladados de sus colegios durante el año escolar.

A nivel general, los establecimientos municipales obtuvieron un 90% de asistencia escolar. Por su parte, los colegios particulares y particulares subvencionados tuvieron un 93%.

De las 10 comunas con peor asistencia, siete pertenecen a la Región Metropolitana, encabezadas por Pedro Aguirre Cerda.

Según explica Jaime Retamal, académico de la Universidad de Santiago, los factores asociados al ausentismo escolar tienen relación con la vulnerabilidad de los alumnos. “Todo el abanico de problemas socioculturales se reflejan en la inasistencia. Los alumnos vulnerables tienden a faltar por razones culturales, como la falta de conocimiento sobre los beneficios que significa educarse; o sociales, como tener que trabajar tempranamente, cuidar al hermano pequeño, o pertenecer a familias disfuncionales, donde no hay un adulto que los motive a ir a la escuela”.

Según el académico Sergio Martinic, de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, las cifras son preocupantes: “Está comprobado que tener más de un 10% de inasistencia tiene consecuencias graves en el aprendizaje, porque se pierde la continuidad del estudio”, señaló.

Una de las comunas con peor asistencia en 2015 fue La Florida, con un 83,5% promedio (ver tabla). El encargado de Educación municipal, Juan Antonio Abarca, explicó que “en junio del año pasado hubo un paro de profesores durante el mes completo en algunos colegios, eso evidentemente afectó. Además, en las jornadas nocturnas, muchos alumnos se matriculan en marzo o abril para obtener algunos beneficios, pero después dejan de asistir”.

Entre las comunas que lideran la lista con mejor asistencia está Traiguén, en la Región de La Araucanía. El municipio tiene 12 colegios, de los cuales seis son rurales. El alcalde de la comuna, Luis Alvarez (Ind.), destaca que los buenos resultados se explican porque “no queremos que los profesores y los niños tengan que asistir en el verano producto de los paros. Los alumnos lo han entendido y se han entusiasmado en no interrumpir el año escolar”. Pero, además, el edil asegura que tienen muchos estudiantes vulnerables. “Somos una de las comunas más pobres. La municipalidad entrega transporte a todos los colegios”, dijo.

Pese a que La Pintana no se encuentra en el ranking de peor asistencia, sus tasas son bajas, con un 86,4%. El alcalde de la comuna, Jaime Pavez (PPD), explica que el ausentismo se debe a que muchas veces los padres “no ven en la educación de sus hijos la posibilidad de tener mejores oportunidades, sino que hacen la comparación con sus propias experiencias de vida, en que con bajos niveles de educación han logrado cubrir necesidades básicas”.

Subvención escolar

Un debate que se ha generado en torno al proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Educación Pública es si debería cambiarse el sistema de financiamiento. Actualmente, los colegios reciben la subvención del Estado en relación con los días que asiste cada alumno, pero parlamentarios y expertos han criticado que es un mecanismo que genera inestabilidad para la administración de los colegios y castiga con menos recursos a las comunas más vulnerables, que es donde la inasistencia es mayor.

En ese sentido, Retamal asegura que el problema que tiene el modo de financiamiento es que “no considera el factor psicosocial de asistencia a la educación, sino que castiga a los colegios más vulnerables y a sus alumnos. Muchas veces, las razones por las que el estudiante no asiste no se relacionan con problemas escolares, sino que con el grupo socioeconómico al que pertenece. Por eso se necesita un sistema de financiamiento directo y que no esté asociado a la asistencia”.

Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, es contrario a eliminar la asistencia como incentivo. “La principal característica de este factor es que los establecimientos hagan el esfuerzo de mantener a sus alumnos en clases. En ese sentido, ha sido exitoso”.

El factor asistencia ha sido criticado porque, al ser un calculo mensual, genera fluctuaciones en los recursos que recibe cada municipio. Figueroa argumenta que estas no son de gran magnitud. “Tras un estudio, determinamos que, en 2015, el 94% de los colegios tuvo una variación mensual promedio menor a 5% (…) Lo que debe hacerse es aumentar recursos sin alterar incentivos que son positivos para el sistema”.

Por su parte, Pavez señaló que los colegios municipales “tienen baja matricula y baja asistencia y por ello la subvención no alcanza para gastos que son fijos y crecientes (…) muchas veces se atribuye esto a la mala gestión de los municipios, pero ellos no tienen las herramientas para poder mejorar, tienen muchas limitaciones”.

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