Por Pablo Arias, investigador de Acción Educar; y Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.
Señor Director:
En su edición del martes, María Paz Garafulic argumenta la posibilidad de no realizar la prueba de acceso a la educación superior y usar las notas de enseñanza media (NEM) en su lugar, debido a las condiciones sanitarias. Sin embargo, la suspensión de la prueba tiene varias consecuencias.
Primero, su rendición es requisito legal para la obtención de financiamiento estatal y para el ingreso de las pedagogías. Segundo, la prueba entrega objetividad y transparencia al sistema, por lo que reemplazar su puntaje por el NEM no necesariamente será más justo para los estudiantes. De hecho, la prueba de matemáticas logra predecir de mejor manera el desempeño académico de los estudiantes en la educación superior que el NEM. Tercero, tenemos ya la experiencia del proceso anterior, donde debido al boicot a la PSU se produjeron una serie de distorsiones en los puntajes.
Por último, se debe tener presente que ya fueron anunciadas las medidas sanitarias para hacerla de forma segura bajo las actuales condiciones, como diversas fechas de rendición, distanciamiento, ventilación, etcétera. Esto, sumado a los cambios al propio proceso y a la prueba misma, permite hacerse cargo de mejor manera de las dificultades de este año.
Con todo, más que aumentar la incertidumbre a los estudiantes, es importante dar garantía y seguridad para que todos puedan rendir la prueba de forma segura.
Leer carta al director en El Mercurio.