Señor Director:
La aguda crisis que atraviesa nuestro sistema educativo se manifiesta en distintas dimensiones: calidad, asistencia, deserción y convivencia escolar, entre otras. Sin embargo, existe un punto crucial de esta coyuntura que se suele pasar por alto, y que podría traernos aún más complicaciones en el futuro: la educación parvularia.
El reciente informe de Acción Educar, “Educación parvularia: institucionalidad y financiamiento”, muestra que los fondos destinados a este nivel de enseñanza han sido persistentemente recortados. Asimismo, que su distribución es inequitativa y poco transparente respecto a la naturaleza jurídica de los establecimientos.
En la educación inicial se construyen las bases para los todos los aprendizajes posteriores y la asistencia al nivel se relaciona positivamente con mejores indicadores académicos y de desarrollo personal. Esta es una oportunidad para nivelar la cancha, literalmente desde la cuna. Si queremos evitar la prolongación de la crisis educativa en el largo plazo, es necesario dotar de más recursos al nivel de manera equitativa y tomar medidas concretas para aumentar su cobertura. Es momento de que este nivel educativo tenga el lugar que corresponde en la agenda del Gobierno.
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