Carta al director en La Tercera: Superintendencia de Educación Superior

Por Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.

La crisis y cierre de la Universidad del Mar causó un impacto significativo en la percepción pública del marco normativo de la educación superior. Es un hito que hoy, mirándolo con cierta perspectiva, derivó en consecuencias negativas y positivas para el sistema que coexisten en la Ley de Educación Superior que empezará a regir con fuerza en mayo de este año.

Entre las negativas – dejando fuera el trance que debieron vivir los estudiantes de dicho plantel y la politización radical que injustamente castigó a un Ministro de Educación – la más lesiva es la desconfianza que se arraigó en parte de la clase política, materializándose después en el exagerado marco regulatorio que hoy nos rige y que a opinión transversal de los rectores, restringe la necesaria autonomía universitaria. Entre las consecuencias positivas, como otra cara de la misma moneda, es que hoy contamos con una institucionalidad, la Superintendencia de Educación Superior, facultada para prever, adelantarse y sancionar cuando una universidad es incapaz de asegurar su continuidad o incurre en fines que no le son propios.

La implementación de la ley y en particular de la Superintendencia está en un momento clave. Se debe recoger lo bueno y en lo posible aplacar lo malo. El nuevo ente fiscalizador debe entrar en régimen con reglas claras, conocidas y aplicables a todas las instituciones, estatales y privadas. Debe enfocar su fiscalización a obtener y monitorear información e indicadores clave, identificar señales de riesgo y actuar de forma preventiva y colaborativa con las instituciones, evitando burocratizar o, peor aún, hostigar a las instituciones con una mirada punitiva, homogeneizadora y estatista.

Todo esto es fácil de decir: la dificultad es materializarlo en la construcción de la Superintendencia. Para ello, urge profundizar las instancias de colaboración entre Estado e instituciones.

Leer carta en La Tercera.


Escrito por Daniel Rodríguez Morales

Director ejecutivo de Acción Educar.