Por Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar.
“En todas las economías y los países más desarrollados este debate está completamente resuelto y hace ya tiempo que se prohíbe la selección, se prohíbe el copago y se prohíbe el lucro”, ha sostenido el ministro Eyzaguirre.
¿Tiene el sistema de educación en Chile características que no se encuentran en otros países?
Los sistemas educacionales son reflejo de la historia y de la cultura de cada país; por lo que no hay uno idéntico a otro. Sin embargo, las características del sistema escolar chileno se dan también, con distintos énfasis, en diversos países.
Varios permiten la coexistencia de subvenciones estatales con contribuciones de las familias, muchas veces diferenciando el aporte según la capacidad de los hogares y exigiendo un sistema de becas que favorezca la inclusión, tal como el financiamiento compartido en Chile. En Australia, por ejemplo, el aporte del Estado a cada escuela es diferenciado según el nivel socioeconómico de los alumnos, debiendo las familias contribuir con la diferencia; en el caso de las escuelas católicas (20% de la matrícula), las familias contribuyen con el 26% del gasto total. Dinamarca y Argentina también complementan el aporte de la familia con los estatales.
En Suecia y en más de 30 estados de EE.UU. existen escuelas con fines de lucro, que han mostrado buenos resultados y que en algunos casos superan a las sin lucro, particularmente en áreas más vulnerables. Asimismo, en países en desarrollo (Tooley, 2001) como China, Ghana, India y Kenia existen escuelas con fines de lucro.
Se pueden encontrar escuelas selectivas en varios países, destacando Australia, Inglaterra, EE.UU. y Alemania. En Australia, las escuelas secundarias estatales selectivas, a diferencia de las abiertas, sólo ofrecen matrícula a los alumnos de mejor desempeño en una prueba realizada en sexto, las que buscan proporcionar un entorno académico más estimulante.
Incluso, en cuanto a selección por desempeño académico Chile está bajo la media de la OCDE.
Para abordar los desafíos en equidad y calidad, es importante diseñar políticas sobre sólida evidencia y no generar confusiones con un diagnóstico que, como se ha demostrado, no es correcto”.