Columna en La Segunda: ¿Qué hacer con el 2% constitucional?

30 de Noviembre, 2022

Escrita por Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.

Ha surgido entre los parlamentarios la idea de utilizar los recursos de emergencia contemplados en la Constitución Política para financiar acciones que enfrenten la deserción escolar. Pero la pregunta fundamental es ¿qué hacer en concreto con esos recursos?

Aquí una propuesta perfectible. Los recursos podrían ir a financiar una subvención escolar de emergencia que tuviera al menos las siguientes características (1) universal: todos los colegios subvencionados de educación regular podrían acceder a ella sin mayores trámites que afecten su ejecución (2) flexible: su uso debiera permitirse en todas las acciones concretas de recuperación educativa inmediata, en particular, transporte para ir a buscar jóvenes y niños a sus casas, la movilización y contratación transitoria de profesionales que provean asistencia social o apoyo a la salud mental tanto en los hogares y en la escuela, (3) foco comunitario, no solo individual: contratación de profesionales del ámbito de las artes, el deporte y educación física que refuercen los vínculos comunitarios en la escuela, incorporando también a las familias (4) que entregue perspectivas académicas futuras: por ejemplo, programas propedéuticos junto con orientación vocacional que busquen promover el acceso a la educación superior de los estudiantes de educación media en riesgo de deserción y sirvan como incentivo para mantenerse en el sistema escolar.

Una estimación rápida hace pensar que esta medida, de aplicarse por seis meses consecutivos, costaría cerca de 250 mil millones de pesos. Es una cifra significativa, en particular en un contexto fiscal restringido. Pero pongámosla en perspectiva: es apenas un séptimo de lo que gastaremos solo el 2023 en la política educacional más regresiva que tenemos: la gratuidad en educación superior, y 45 veces menos que condonar el CAE, principal promesa del gobierno actual y reafirmada por la Subsecretaria de Educación Superior. Esto vale la pena y seguiremos insistiendo.

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