Columna en medios regionales: Reforma al currículum nacional

Por Daniel Rodríguez, investigador de Acción Educar.

Durante marzo, el Ministerio de Educación inició la Consulta Pública de las Bases Curriculares de 3° y 4° medio, en las áreas de formación general (las asignaturas comunes) y formación diferenciada humanístico-científica (las asignaturas electivas). Este proceso cierra la reforma al currículum nacional derivada de las exigencias de la Ley General de Educación. Se trata de un cambio importante y necesario.

La propuesta hace aportes interesantes, en particular respecto a las nuevas asignaturas electivas. Sin embargo, hay dos problemas que deben resolverse para que el cambio sea exitoso. Primero, se debe corregir la redacción de los objetivos de aprendizaje. Se ha optado por objetivos vagos y sobrecargados de términos abstractos e indefinidos, lo que desconecta 3° y 4° medio de los ciclos anteriores. Estos últimos se destacan justamente por sus objetivos claros y precisos, permitiendo que sea más fácil definir y acordar qué debemos hacer para conseguirlos.

El segundo problema es definir explícitamente el carácter de los dos últimos años de escolaridad. Es fácil ver que la propuesta no logra decidirse entre continuar la formación general y dar espacio a la especialización. Amplía la electividad, pero mantiene un importante número de asignaturas obligatorias (10 si se considera inglés) con una carga horaria muy baja (dos horas semanales para cada una). La consecuencia es que la formación general se vuelve ecléctica y dispersa. Al mismo tiempo, la formación diferenciada, que es la parte fuerte de la propuesta del ministerio, pierde importancia. Este problema es heredado del currículum de 1990, y es muy probable que se haya conservado debido a los costos políticos y logísticos de cambiarlo.

Para preparar a nuestros estudiantes para los desafíos del presente, formándolos en el pensamiento crítico y creativo, en las habilidades de comunicación y empatía, y en la capacidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, así como también para darles la oportunidad de acceder y tener éxito en la educación superior, es necesario ser más claro en las definiciones curriculares. La Ley General de Educación define a 3° y 4° medio como un espacio de formación diferenciada, por lo que se debiera dar a los estudiantes la posibilidad de profundizar sus conocimientos según sus preferencias, dejando la formación general para los 10 años anteriores de escolaridad.

Leer columna en El Mercurio de Antofagasta.

Leer columna en El Diario de Atacama.

Leer columna en El Mercurio de Calama.

Leer columna en Crónica de Chillán.

Leer columna en El Sur.

Leer columna en el Austral de Valdivia.

Leer columna en el Austral de Osorno.

Leer columna en El Llanquihue.


Escrito por Daniel Rodríguez Morales

Director ejecutivo de Acción Educar.