Pía Turner, encargada de proyectos de la fundación, considera que una “mejoría relevante” en el Plan Paso a Paso sería propiciar abrir los establecimientos educacionales incluso en cuarentena, aunque sea sólo para los grupos de estudiantes que más lo necesitan. De acuerdo con evidencia que han podido levantar en la comuna de Arica, 73% de los estudiantes de III y IV Medio reportan emociones que los expertos asocian a una sintomatología depresiva. Mientras que en los más pequeños, los apoderados manifiestan cambios hacia conductas regresivas.
Por M. Castro
La pandemia derivó en una crisis sin precedentes en el mundo. En Chile, entre otras medidas, fueron suspendidas las clases presenciales en marzo de 2020. Un año trascurrió desde esa decisión y menos de la mitad de los establecimientos educativos han podido abrir sus aulas. Para Pía Turner, encargada de proyectos de Acción Educar, la peor cara de la moneda está en el crecimiento de las brechas de aprendizajes. De ahí que, ante los nuevos confinamientos, cree urgente plantear un plan integral para evitar un mayor impacto sobre los menores de edad y revertir los efectos generados por las cuarentenas.
– Con el aumento de las cifras de Covid-19 se aleja la posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes retornen presencialmente a clases. ¿Es inevitable la suspensión de las clases durante esta segunda ola?
“La presencialidad de la educación depende de la realidad local de cada establecimiento. Así, hoy, en que muchos expertos consideran que estamos en el peor momento de la pandemia, todavía hay comunas como Aysén, Isla de Pascua y San Gregorio en fase 4 (Apertura Inicial), y otras en 2 (Transición) y 3 (Preparación) donde no se suspenderán las clases a menos que entren a cuarentena”.
Por otra parte, una mejoría relevante en el Plan Paso a Paso sería dar una real priorización a la educación de nuestros niños, niñas y adolescentes, propiciando la apertura de los establecimientos incluso en cuarentena, aunque sea sólo para los grupos de estudiantes que más lo necesitan, como los de educación parvularia, los que tienen necesidades educativas especiales o los que no tienen cómo acceder a la educación a distancia.
Por supuesto, para que ello fuera posible, se tendría que restringir mucho más de lo que se hace ahora la cuarentena, en que, a través de los repartos a domicilio o permisos colectivos, la gran mayoría de las actividades no esenciales siguen funcionando”.
– Una investigación de la UC confirmó que se produjeron brechas en casi todas las áreas de desarrollo infantil durante la pandemia. ¿Hay modo de revertir estas brechas?
“Primero, cabe recalcar que en Chile ya existían desde antes de la pandemia grandes brechas a nivel socioeconómico en el desarrollo infantil, lo que la pandemia ha hecho es aumentarlas. En el caso de la investigación publicada por la UC, que ha sido un gran aporte para dimensionar los daños en los párvulos durante la pandemia, lo que se muestra es que los niños están peor en su desarrollo con respecto a niños similares que fueron evaluados en años anteriores a la pandemia.
Con respecto a revertir esas brechas, en la teoría, basada en evidencia sobre casos exitosos, sí es posible para la mayoría de los niños, a través de programas multidisciplinarios de muy alta calidad, que aborden lo que pasa con el niño, en el hogar y en los establecimientos educacionales. Sin embargo, los costos y dificultades de ello sólo aumentan con el pasar del tiempo y todavía no se ha empezado realmente a intervenir para reparar o prevenir en los casos más graves. De hecho, en gran parte del país los establecimientos educacionales están cerrados y la atención primaria de salud está enfocada en tratar la pandemia”.
– ¿Fue un error no considerar el permiso de actividades físicas para menores de 18 años en comunas en cuarentena? Usted, en una carta publicada en El Mercurio, pidió aplicar medidas para promover la salud y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes en cuarentena.
“Sí, y se debe revertir lo antes posible. Lo primero, es necesario habilitar un permiso para que niños, niñas y adolescentes puedan salir de sus hogares a hacer actividad física al aire libre al menos una vez al día, igualando con la banda que tienen los adultos. Esto porque el hacer ejercicio a diario aporta directamente a una mejor salud física y mental, áreas en las que los datos nos han mostrado que desde antes de la pandemia nuestros niños y adolescentes no están muy bien. Por ejemplo, recordemos que recientemente la JUNAEB publicó un estudio del 2020 según el cual más de la mitad de los estudiantes evaluados tendría problemas de sobrepeso, y el suicidio es la segunda causa de muerte entre el grupo de 15 a 19 años. Además, al estar los hogares chilenos sometidos a mucho estrés por la pandemia, es positivo darle la oportunidad a los niños de salir al aire libre a hacer una actividad en la que el riesgo de contagio es muy bajo.
Conjuntamente, se debiera de habilitar espacios seguros para esas actividades en los barrios en los que no existan. Por ejemplo, evaluar la posibilidad de que los niños puedan usar canchas de municipalidades, colegios, calles cerradas para esos propósitos u otro para hacer deporte o pasar un rato al aire libre con un adulto de su hogar. Luego, apenas las autoridades sanitarias lo permitan, se deben abrir los establecimientos educacionales, y, si no es seguro abrirlos todos a la vez porque se debe mantener una baja circulación de personas, se debe priorizar a la educación parvularia.
Por último, se deben evaluar la efectividad de las medidas para quienes están a cargo de niños y adolescentes, considerando que el bienestar y posibilidades de ellos repercuten directamente en sus hijos”.
– ¿Cuáles son las evidencias recabadas por Acción Educar de los daños provocados por los prolongados confinamientos en Chile?
“En términos cuantitativos, desde Acción Educar hemos podido levantar evidencias sobre los estudiantes de la educación pública en la comuna de Arica. En general, los alumnos manifiestan sentir altos niveles de emociones negativas y muchos no han podido mantener sus vínculos con compañeros. Ejemplo de ello es que un 73% de los estudiantes de III y IV Medio reportan emociones que los expertos asocian a una sintomatología depresiva. Sobre los más pequeños, porcentajes importantes de apoderados manifiestan cambios en sus hijos durante la pandemia hacia conductas regresivas.
Además, hemos podido recabar información sobre un aumento importante del riesgo de deserción escolar, sobre atrasos en los aprendizajes en todo sentido y sobre la preocupación que tienen muchos docentes por sus estudiantes y la realidad en sus hogares, que, en muchos casos, ni ellos mismos se la imaginaban tan cruda”.
– ¿Considera que el tema de la niñez ha sido minimizado durante esta pandemia?
“Más que minimizado, ha faltado una visión integral de la niñez y adolescencia. De momento, pareciera que ésta comienza y termina en educación, lo que no es verdad y se hace especialmente claro cuando la gran mayoría de los establecimientos educacionales están cerrados”.
– Hay, al menos, nueve farmacéuticas que desarrollan estudios para una vacuna anticovid para menores de 16 años de edad. ¿Cree que debería comenzarse a debatir la posibilidad de inocular a niños, niñas y adolescentes?
“Por supuesto, ya podemos debatirlo y, apenas los especialistas digan que es seguro y beneficioso vacunar a menores de 16 años, todos deben recibir la vacuna”.