Los efectos de la gratuidad en la educación superior

Desde el inicio de su implementación en 2016, la política de financiamiento institucional por gratuidad ha generado un crecimiento sostenido del gasto público en educación superior.

Sus principales promotores justificaron esta mayor inversión de recursos públicos señalando que la política permitiría aumentar la participación de estudiantes provenientes de sectores más vulnerables, lo cual contribuiría a disminuir la desigualdad y a aumentar la movilidad social.

Este análisis busca dilucidar cómo el incremento del gasto fiscal que ha generado hasta ahora la gratuidad resulta ser absolutamente desproporcionado, demostrando además cómo la eventual extensión del beneficio es inviable financieramente.

Además, se deja en evidencia que la política no ha cumplido con los objetivos que se definieron inicialmente. De hecho, disminuyó la diversidad socioeconómica al interior de las distintas casas de estudio e indujo a los estudiantes más vulnerables a matricularse en un grupo específico de instituciones de educación superior

Resumen ejecutivo

– Según un informe de la Contraloría General de la República de 2020, el financiamiento público a la educación superior se ha incrementado en un 160% entre 2011 y 2019, donde dos tercios del incremento se explican por el costo asociado al financiamiento por gratuidad.

– Durante el 2017 se destinó un 5,4% del gasto público a la educación superior, el porcentaje más alto de la OCDE y casi dos veces el esfuerzo promedio realizado por los demás países miembros (2,9%).

– Si las cuatro instituciones de educación superior con mayor matrícula y que cumplen los requisitos se adscribieran a la gratuidad, el gasto fiscal en la materia aumentaría en más de $ 200 mil millones por año.

– Si en 2020 se hubiese implementado la gratuidad universal, el Fisco habría tenido que pagar casi $ 2.800 miles de millones, es decir casi US$ 4 mil millones. Este monto es el triple de lo que el Estado entrega anualmente a través de la subvención escolar preferencial (SEP) a todo el sistema escolar, la cual está destinada a mejorar la calidad y equidad de la educación con foco en los estudiantes más vulnerables.

– La evidencia muestra que la gratuidad no ha significado un aumento en la cobertura para los deciles más vulnerables. Al comparar la Encuesta Casen 2015 con la Casen 2017, se tiene que la cobertura neta se ha mantenido estable y sin variación significativa para todos los deciles de ingreso.

– El esquema de incentivos provocado por la política gratuidad ha generado una concentración de la matrícula de los alumnos más vulnerables en los planteles adscritos a la política. En efecto entre 2015 y 2019 la concentración de estudiantes de los seis primeros deciles de las IES adscritas a gratuidad aumentó de un 40% a un 60%.

Descarga aquí el análisis sobre los efectos de la gratuidad en la educación superior.

Publicación en la prensa

FOTO: Sarah Noltner en Unsplash.


Escrito por Sebastián Carpentier Nazal

Ex investigador de Acción Educar.