Evalúa Lectura, Matemática y Ciencias. Primeras preguntas podrían debutar este año, en segmento de pilotaje que incluye el examen de selección.
Desde que se aplicó por primera vez, en 2003, la Prueba de Selección Universitaria (PSU) ha sido blanco de críticas. Se ha dicho que consolidaría desigualdades -en los resultados hay fuertes brechas de género, por ejemplo- e incluso, que algunas preguntas son muy difíciles para quienes la rinden, como apuntó el informe Pearson en el caso de Matemática.
Hace tres años, el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la U. de Chile, que confecciona la PSU, comenzó a trabajar en una alternativa.
Mediante un proyecto desarrollado con un fondo de Conicyt, el Demre elaboró un paquete de tres test de selección: Competencia Matemática, Competencia Lectora y Competencia Científica. Además, se desarrollaron dos pruebas de caracterización que permitirían a las instituciones tener más información sobre sus admitidos.
Mientras la PSU mide contenidos, los prototipos del Demre evalúan habilidades en relación con materias que se dictan hasta 2º medio. Un ejemplo de pregunta en Ciencias a la que accedió ‘El Mercurio’ requiere que el alumno sepa lo que es un error en un experimento. Para responder, el joven debe procesar los datos que se le entregan y razonar (pregunta a la derecha).
La directora del Demre, Leonor Varas, afirma que este tipo de pruebas permite ‘saber si lo que está respondiendo un alumno corresponde realmente a su habilidad, por ejemplo, para resolver problemas, sin interferencia de que la pregunta esté referida a conocimientos avanzados que no domine’.
Las pruebas -que serán presentadas en un seminario de la U. de Chile el 12 de junio- se aplicaron a cerca de nueve mil alumnos, que en 2017 y 2018 cursaban 4° medio y también rindieron la PSU. Así, se pudo comparar los resultados que obtenían en ambos exámenes.
‘Todas las brechas que conocemos -socioeconómicas, entre egresados de colegios científico-humanistas y técnico-profesionales, de género-, todas las que presentamos como brechas que nos duelen en la PSU, se aminoran’, afirma Varas.
Al comparar el rendimiento en Matemática de los alumnos de colegios científico-humanistas con el de técnicos, se detectó una brecha de 131 puntos en la PSU y de 98 unidades con la nueva prueba. En Lenguaje, en tanto, la diferencia fue de 173 y 112 puntos respectivamente.
Continuar el testeo
Cada año, la PSU incluye cinco preguntas de pilotaje en cada examen, que se usan para probar nuevos ítems. El Demre propone utilizar, desde este año, ese espacio para testear su propuesta.
El jefe de Educación Superior del ministerio, Juan Eduardo Vargas, respalda la opción. ‘Todo lo que tenga relación con la posibilidad de pilotear y tener más certeza respecto de la calidad de las preguntas que estamos incorporando, nos parece que va en la línea correcta’, dice.
Sobre las pruebas diseñadas por el Demre, Vargas destaca que ‘busca intentar medir habilidades, competencias, lo cual ciertamente está más alineado con el currículum escolar’ y afirma que ‘estamos muy contentos con los resultados’.
El jefe de la Divesup asegura que hasta la fecha el Mineduc no ha recibido otra propuesta. Con todo, acota que ‘no hay una cerrazón a priori a que se pueda pilotear otro tipo de preguntas o de otras instituciones’.
El rector de la U. del Desarrollo, Federico Valdés, afirma que es ‘más equitativo tratar de medir aptitudes, cosa que hacía, paradojalmente, mejor la Prueba de Aptitud Académica’.
‘No es ningún misterio que la calidad de la educación que reciben los hijos de familias con más recursos es muy superior. Si las pruebas miden conocimientos, favorecerán a los más ricos’, plantea Valdés y enfatiza que ‘estamos a tiempo de reconocer que la PSU fue una mala iniciativa’.
A juicio de Magdalena Vergara, directora de Acción Educar, los prototipos van en la dirección correcta: ‘El problema con la PSU es que considera los contenidos de 1° a 4° medio, mide más currículum de lo que los alumnos técnicos ven, y esto ha generado una brecha y una discriminación bastante grande’.
La vicerrectora académica de la U. de Chile, Rosa Devés, afirma que ‘no hay duda que las tendencias internacionales valoran de manera importante la adquisición de habilidades’. Destaca, además, la coherencia de la propuesta con el nuevo currículum escolar, que ‘es, sin duda, un progreso en la dirección correcta’.
La hoja de ruta hacia un nuevo sistema
Traspaso: El Demre confecciona la PSU por mandato del Sistema Único de Admisión, que depende del Consejo de Rectores (CRUCh). Por ley, esto cambiará en 2020: el test estará en manos del Mineduc.
Institucionalidad: Se conformaron dos comités que asesorarán al ministerio en la creación de nuevos sistemas de admisión para el mundo universitario y el técnico profesional.
Nuevos actores: En los comités hay miembros del CRUCh y directivos de planteles privados que no son parte de ese bloque.
Avances: A petición del CRUCh, un grupo de expertas elaboró un informe con propuestas de cambios a la PSU. Plantearon, entre otras cosas, la necesidad de una evaluación de escritura y la división del test de Matemática. Mientras eso ocurría, el Demre trabajaba en su opción de prueba.
En junio: Las expertas convocadas por los rectores asistirán a la sesión de los comités, que encabeza la División de Educación Superior (Divesup) del Mineduc.
Decisiones: La intención de la Divesup es oficializar la continuidad del trabajo con el Demre, al menos por dos o tres años más. Hasta ahora, la propuesta del Demre es la única que han recibido. Si llegan otras, podrían ser analizadas.
Instrumentos adicionales para conocer más a los alumnos
La propuesta del Demre considera dos pruebas más, que no son de selección pero sí permitirían a las instituciones tener más detalles de sus alumnos: un examen de Competencia de Escritura y otro de Habilidades Transversales. Este último concepto alude a capacidades psicoafectivas y sociales, como por ejemplo, la empatía y la disposición a trabajar en equipo que posean los jóvenes.
‘Interesan otros instrumentos que ayuden a las instituciones a tomar decisiones respecto de los tipos de apoyo (.) para que los estudiantes tengan un mejor desempeño’, plantea Leonor Varas, directora del Demre.
En el caso de la Escritura, para evitar un eventual sesgo socioeconómico, se descartó realizar ensayos. En vez, se diseñaron preguntas que serían corregidas con rúbricas y piden a los alumnos entregar un mensaje determinado de forma efectiva. El jefe de Educación Superior del Mineduc, Juan Eduardo Vargas, respalda la necesidad de contar con otros tipos de exámenes. ‘Hay una serie de competencias que no están siendo medidas’, señala.
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