Crece alerta sobre acelerada expansión de la política, que para investigadores hoy representa un “pozo sin fondo” que seguirá aumentando, de la mano de la incorporación de más instituciones y más alumnos.
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Para el próximo año el gasto en gratuidad alcanzaría los $1.955.693 millones, según adelanta el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, lo que equivale al 54% de los recursos destinados para la educación superior, y al 12,5% del presupuesto total del Ministerio de Educación.
El vicerrector de la Universidad Finis Terrae y ex subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, dice que “el problema que tiene la gratuidad es que se está convirtiendo en un pozo sin fondo”, de la mano de las nuevas instituciones en la política y una matrícula cada vez más grande en el sistema.
El director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, señala que “el gasto en esta materia seguirá creciendo, con un control bastante limitado por parte del Ministerio de Hacienda”.
En esa línea, el experto opina que “ese crecimiento termina siendo, lamentablemente, incompatible con el financiamiento de otras prioridades en educación superior, como investigación o calidad. La rigidez de la política de gratuidad limita gravemente la expansión de la calidad y la complejización del sistema”.
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