El Mercurio: La mitad de las comunas no tienen escuelas para adultos, pese a 4,5 millones sin estudios completos

La falta de infraestructura es vista como una de las causas que dificultan reducir el número de personas que no han terminado su proceso formativo. Según el ministerio, esa cifra se ha mantenido estable en la última década.

Por V. Fuentes

En la mitad de las comunas del país (170) no hay escuelas básicas para los adultos que quieran completar sus 12 años de escolaridad. Esa sería una de las claves que explicarían por qué los mayores de edad no han concluido su proceso formativo, número que por cierto se ha mantenido constante en el tiempo.

Según el Censo de 2017, hay 4,5 millones de adultos en esta condición, cifra que ‘se mantiene estable desde 2009’, advierte el jefe de la División de Educación General del Ministerio de Educación (Mineduc), Raimundo Larraín, quien agrega que ‘sin embargo, ha aumentado el promedio de escolaridad de manera constante para todos los grupos de edad’.

Entre las razones del estancamiento, Larraín plantea que, por ejemplo, en el caso de las personas mayores de 45, ‘aún hay falta de cobertura en educación básica’ y revela que 170 comunas no cuentan con centros educativos que impartan esta modalidad. La cifra impacta a un 49% de las 346 localidades en que se divide Chile.

En este punto, el profesor y diputado DC Mario Venegas, miembro de la Comisión de Educación de la Cámara, considera necesario garantizar, al menos, un establecimiento de estas características por comuna. ‘Que en 170 no haya estas escuelas da cuenta de lo mucho que se ha descuidado la educación de adultos’, enfatiza, añadiendo que ‘también hay que considerar que en las zonas donde las hay (las escuelas básicas para adultos), los recursos son insuficientes y, por ejemplo, no acceden a la Subvención Educacional Preferencial ni a una serie de otros recursos disponibles en otros niveles del sistema’.

Venegas insiste en la necesidad de garantizar estos establecimientos y recuerda que ‘antes, la mayoría de los liceos tenía jornada vespertina para adultos’.

En la misma dirección, el senador de RN José García Ruminot, miembro de la Comisión de Educación del Senado, aboga por una mayor oferta para adultos. Asegura que es contradictoria la escasez de alternativas con el creciente número de interesados en regularizar su situación escolar. ‘Es muy preocupante porque, en general, hay muchísimo deseo de completar estudios y cuando se ofrecen vacantes, estas se agotan con bastante rapidez’, asegura.

García Ruminot considera que tanto el Estado como el sector privado deben atender esta necesidad e invertir en una mayor oferta. ‘Sin lugar a dudas, las empresas tienen un gran interés en que sus trabajadores aumenten su escolaridad y, con ello, sus niveles de capacitación’, recalca.

Compatibilidad

Como una forma de revertir las cifras, Larraín considera necesario entregar más alternativas en los planes de estudio para que estos sean más compatibles con los tiempos reales que los adultos tienen para estudiar.

‘Desde el Mineduc se está trabajando en el desarrollo de las primeras bases curriculares para la educación de adultos’, detalla, precisando que ‘estas considerarán la flexibilidad que requiere esta modalidad educativa y las habilidades del siglo XXI que demandan los adultos’.

Respecto de qué se debe hacer para reducir las tasas de escolaridad incompleta, Larraín reconoce que es un problema ‘de muchos países’, que requiere ‘esfuerzos considerables a largo plazo’, que se trata de una situación ‘estructural’, pero que es posible abordarla con la creación de alternativas de estudio flexibles, pero ‘sin perder contenido o calidad de los aprendizajes y que permita avanzar por módulos o sectores’.

Sobre esto, el diputado Venegas considera que las políticas públicas han puesto su foco en otros aspectos de la educación y eso ha generado un rezago en la formación de adultos.

En tanto, para la directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara, ‘una de las principales causas de la falta de escolaridad de los adultos es la deserción en la etapa escolar’.

Por lo mismo, Vergara considera relevante ‘atender a esas causas desde la educación inicial’. Junto con valorar el trabajo del Mineduc para enfrentar el ausentismo escolar, plantea la urgencia de ‘avanzar en programas de reintegración y de educación para adultos’.

Migración no afecta

Consultado respecto de si el incremento del fenómeno migratorio en el país durante la última década ha impactado en las cifras de adultos con estudios básicos o medios inconclusos, Larraín señala que no. ‘Los datos de la encuesta Casen muestran que la escolaridad promedio de la población de 18 años o más nacida en el extranjero es superior a la alcanzada por la población nacida en Chile’, argumenta. Según esa misma evidencia, prosigue el jefe de división, ‘en 2013 el promedio de escolaridad de los nacidos en el extranjero era de 12,6 años y en 2017 pasó a 13,1 años’.

Haciendo la comparación con la población nacional, Larraín precisa que ‘esta presenta, desde 2013, 11 años promedio de escolaridad, con pequeñas variaciones que no son estadísticamente significativas’.

Pero la cifra no es homogénea. En el caso de los habitantes de sectores rurales, están por debajo de los 9 años de escolaridad. Larraín detalla que dada la forma en la que se define la ruralidad, que está asociada a baja concentración de población más que a estructura de empleo o de productividad, los más afectados son aquellos sectores ‘con relativo aislamiento o falta de conectividad hacia centros educativos’.

En el nivel geográfico, Larraín precisa que las regiones que se encuentran en la zona centro sur del país, entre Maule y Aysén, ‘son las que presentan menores promedios de escolaridad’.

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