El Mercurio: Los textos escolares que compran las familias chilenas son los más caros de América del Sur

Mientras que en el mercado un libro puede costar cerca de $33 mil, el Estado paga un precio unitario bruto de $1.500.

Por V. González y S. Quevedo

El texto escolar de una sola asignatura puede costar sobre los $33 mil. Basta un cálculo rápido para estimar qué tan cuesta arriba se puede volver la situación cada año, sobre todo para familias con varios hijos.

Los abultados precios de los libros captaron incluso la atención de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), que analiza el funcionamiento del mercado bajo la hipótesis de que le faltaría competencia, por lo que ni el Estado -que provee textos a los colegios que reciben subvención- ni los padres estarían accediendo a condiciones óptimas.

Pero, ¿qué tan altos son los precios en contraste al resto de Sudamérica? ‘El Mercurio’ sondeó los valores comerciales de los textos de otros países de la región, usando Ciencias Naturales como punto de comparación. Excluyendo a Venezuela, sumida en la hiperinflación, los valores chilenos son los más altos.

El texto ‘Sé protagonista’ de la editorial SM, utilizado en 7° básico del ramo, tiene un valor de $33.900. En Paraguay, por ejemplo, el libro de Santillana para 6° grado tiene un precio de venta que equivale a $10.457.

Más contrastes

En tanto, el Ministerio de Educación observa con atención los precios en otros países y, recogiendo información pública, detectó que los precios en Chile también superan a los de países desarrollados.

En Finlandia -considerado líder en educación- un libro de Historia, Geografía y Ciencias Sociales para 3° básico puede costar cerca de $11 mil.

Otros países mencionados son Francia (con textos a $21.421), Alemania ($19.438), Australia ($19.416), Estados Unidos ($19.192), Canadá ($15.871), Reino Unido ($13.600) y Nueva Zelandia ($12.240).

La diferencia a nivel internacional no es la única. Dentro del país, también existe una larga brecha entre el valor comercial al que acceden las familias y los $1.500 (precio unitario en bruto) que, en promedio, pagó el Estado por los libros, muchas veces fabricados por las mismas editoriales, en 2018.

‘Nosotros hemos visto que en cuanto a contenidos y calidad pedagógica, los textos que entrega el ministerio y los que venden las mismas editoriales al público general no tienen diferencias sustantivas, ni mucho menos que justifiquen que uno valga $1.500 y otro $33 mil’, asegura la ministra de , Marcela Cubillos, sobre los contrastes entre los valores.

‘Nos parece muy positivo el estudio que está haciendo la FNE, que es el organismo competente para regular sectores que no están dentro del ámbito de competencia del Ministerio de Educación’, añade.

No pueden ser exigidos

En plena época de compras escolares, la jefa de la cartera enfatiza que en aquellos colegios que reciben aportes del Estado no se puede exigir a las familias que adquieran libros diferentes a los que entrega el Mineduc.

‘No los pueden obligar a comprar textos diferentes o adicionales a los que proporciona el ministerio. Le hemos pedido a la Superintendencia de Educación que sea especialmente rigurosa en esta fiscalización’, advierte.

Ernesto Treviño, director del Centro para la Transformación Educativa de la U. Católica, coincide en que ‘las escuelas que reciben subvención no deberían pedir textos adicionales, porque se presta a muchos incentivos perversos de las editoriales con los colegios’.

Sobre las eventuales diferencias entre los textos que entrega el Ministerio de Educación y los que se pueden comprar en el mercado, plantea que ‘lo que yo he visto en comparaciones que se han hecho, es que se ha determinado que son prácticamente idénticos los contenidos’. Para el experto ‘hay un sesgo a un negocio que no tiene mucho sentido’.

El estudio de la FNE continúa en marcha y la fiscalía prevé dar a conocer en marzo un informe con conclusiones preliminares. En abril, en tanto, se publicaría el documento final.

‘Hay un problema grave de competencia’

Ante los precios, Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, plantea: ‘La mayor duda es: ¿qué motiva a los establecimientos a solicitar textos privados? Hay un problema grave de competencia y está dominado por grandes empresas’.

Respecto de las diferencias con otros países de la región, enfatiza que ciertas políticas estatales podrían causar una diferencia en el precio al que finalmente se enfrentan las familias: ‘No sabemos si esos precios son sin ningún tipo de subsidio’.

Ernesto Treviño, de la U. Católica, apunta al IVA: ‘Uno tendría que preguntarse: ¿cuánto costarían si no lo tuvieran?’. Además, destaca la importancia de las acciones del Estado para regular la situación y equiparar las condiciones de los estudiantes. Asegura que en países como México ‘se reparten textos gratuitos para escuelas privadas’.

Ver noticia en El Mercurio.