Las universidades de Playa Ancha, de Chile y de Magallanes coinciden en que se trata de cifras preliminares, a las que les falta valorar inversiones institucionales.
Inversiones aún no registradas o montos todavía no añadidos a los ingresos. Estos son algunos argumentos entregados por las universidades estatales que cerraron la gestión financiera de 2016 con cifras rojas.
Se trata de la U. de Playa Ancha, que tuvo pérdidas por $3.431 millones; la U. de Chile, con un saldo negativo de $3.150 millones, y la U. de Magallanes, que arrojó un déficit de $427 millones, según datos preliminares que los 18 planteles estatales entregaron para el Informe de Gestión Financiera del Estado 2016 elaborado por la Contraloría.
Patricio Sanhueza, rector de la U. de Playa Ancha, dice que es un déficit programado, porque “se tomó la decisión de amplificar algunas inversiones en materias tecnológicas. Esto ha significado inversiones que no corresponden a un gasto operativo”.
Argumentos
Desde la U. de Chile enfatizan que las cifras son preliminares y que una vez ingresados todos los datos, se corregirán con tendencia a cero. Además, si bien existe algún costo por gratuidad, parte de la información está dada por la fuerte inversión en infraestructura que el informe aún no considera como patrimonio.
Juan Oyarzo, rector de la U. de Magallanes, plantea que la información corresponde a un prebalance y que los datos definitivos “estarán a disposición del órgano contralor en el transcurso de este mes, luego de lo cual será posible contar con una fotografía más acertada y actualizada de la realidad financiera”.
Según expertos, la gestión financiera debe ser analizada en perspectiva. Mathias Gómez, investigador de Educación 2020, plantea que en el caso de la U. de Chile, “el hecho de que un año tenga (utilidades) y al siguiente tenga pérdidas solo revela la importancia de mirar estas cifras en el mediano plazo para establecer una tendencia”, y que “no se puede atribuir la gratuidad a este déficit, ni menos considerar que está impactando negativamente en sus finanzas”.
Para Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, el que “existan pérdidas no necesariamente significa que la institución esté pasando por un mal momento, sino que puede ser el reflejo de un plan de inversiones que, en un inicio, se refleje en pérdidas, pero que luego apunte a tener mayores utilidades”.
Aportes del Gobierno
Desde la comisión de Educación de la Cámara ven un vínculo con la gratuidad. Alberto Robles (PRSD) indica que “una de las cosas que ocurre (con la gratuidad) es que el arancel al que las universidades se deben adecuar es menor a las necesidades que tienen desde sus ingresos”, y que “los aportes que han recibido en los últimos años han sido más bajos de lo que realmente necesitan”. Jaime Bellolio (UDI) añade que “las estatales siempre han tenido una negociación directa con Educación, por lo que cuando existe un déficit, sabemos que el gobierno les pasará el dinero por otras vías”.