Embarazo adolescente, incidencia en la pobreza y exclusión social son algunas de las consecuencias que avizoran los especialistas en educación.
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Escrita por Sofía Dib.
La pandemia de Covid-19 dejó importantes consecuencias en el sistema educativo a nivel mundial debido al cierre de escuelas, lo que aumentó el ausentismo, la deserción escolar, y además hizo crecer la brecha de aprendizaje entre los distintos grupos socioeconómicos: se perdieron 1,3 años en los colegios municipales, 0,9 en los particulares subvencionados, y solo 0,4 en los privados.
Así lo demuestran los datos del Ministerio de Educación, que revela que de 2021 a 2022, más de 50 mil alumnos abandonaron la educación, mientras que el 39% de los matriculados a nivel nacional, es decir unos 470 mil estudiantes, presenta una inasistencia grave -menos del 85%. Así los expertos ven con preocupación la situación actual.
Tanto así que Magdalena Vergara, directora de estudios de IdeaPaís, la tilda de “tragedia”. Bajo su visión “no le estamos garantizando el derecho a la educación a esos 50 mil niños que salieron hoy, pero recordemos que hay casi 300 mil (227 mil) que ya están fuera del sistema. No le estamos dando la posibilidad de desarrollo”.
Así concuerda Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, quien asegura que “las consecuencias (de la deserción, específicamente) son más profundas que solo educativas. Termina en una forma de exclusión social, porque sin educación media completa las perspectivas laborales son bajas. Por lo tanto, el aumento de la deserción debiera preocupar muchísimo a las autoridades”.
Ana Luz Durán, decana de la facultad de Educación de la U. San Sebastián, complementa con que “las políticas de reactivación no son solo centradas en la recuperación de las trayectorias educativas, sino que tiene que haber un elemento de revinculación efectiva y eso requiere un apoyo al joven, al niño o a la niña”.