Centros de estudios y expertos se refieren a los problemas generados por el paro forzado de la institución, explicando los factores que han llevado a los constantes hechos violentos.
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Baños “plurigenéricos”, comida vegana, mayor comodidad para las personas neurodivergentes y derogación de la Ley Aula Segura. Estos son algunos de los 15 puntos del petitorio estudiantil realizado por el Consejo de Delegados de Curso (Codecu) del Instituto Nacional que, marcado por doce suspensiones por hechos de violencia, cortes de agua, “jornadas de reflexión” y la reciente toma de la institución (iniciada la mañana del miércoles), deriva en que los alumnos ya han perdido al menos 21 días de clases.
La publicación de este documento por parte de la organización estudiantil fue emitida el mismo lunes que ingresó la nueva rectora, Carolina Vega, el cual le “exige a las autoridades correspondientes un plazo de cinco días hábiles para la entrega de una respuesta sólida y concreta”.
Factores del conflicto y la situación actual
“Es difícil identificar los factores, pero parece haber un nivel tan alto de politización del establecimiento que su proyecto educativo se ha diluido y se ha hecho irreconocible. Apenas queda una conexión entre lo que fue para generaciones pasadas, y lo que es hoy”, manifiesta Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
Efectos de la pérdida de clases y las medidas a implementar
Daniel Rodríguez comenta que una forma de “rescatar lo que queda” del proyecto educativo del Instituto Nacional, es acelerar su transferencia al Estado, adelantando la creación del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Santiago Centro, y critica que las municipalidades han sido “sistemáticamente incapaces” de resolver esta situación.