Autoridades del Ministerio de Educación han señalado que alrededor del 30% de los recursos que se recauden por la eventual Reforma Tributaria, se destinarán a educación superior, específicamente a financiar la gratuidad universal para este nivel, promesa contenida en el programa de la presidenta Bachelet.
En términos de montos, este porcentaje corresponde a alrededor de US$ 1.500 millones anuales.
AcciónEducar realizó un estudio para estimar el costo de entregar gratuidad a todos los estudiantes que se encuentran en educación superior (Ues, IP, CFT), tomando como punto de referencia la actual composición del sistema de educación superior.
El análisis arrojó que la gratuidad universal para todo el sistema le costaría en total al Estado US$ 4 mil 975 millones. Ahora bien, si a este costo bruto de entregar gratuidad le restamos el monto que actualmente paga el Estado por concepto de becas y créditos, y que asciende a US$ 1.300 millones de dólares, tenemos que el costo incremental que tiene que solventar el Fisco es de US$ 3.600 millones, 2,4 veces más de lo que el actual gobierno planea destinar a educación superior de lo que se recaude con la reforma tributaria.
Gratuidad beneficia especialmente a los más ricos
Debido a que la matrícula de educación superior se compone mayoritariamente de alumnos de más recursos, un 28% de la matrícula total es del quintil 5 (20% más rico) versus un 11% del quintil más pobre, se observa que los alumnos del sector más acomodado son ampliamente los más favorecidos por la gratuidad universal.
Del total de USD$4.975 millones necesarios para financiar educación gratuita para todos, USD$1.411 millones serían entregados a alumnos pertenecientes al último quintil, es decir, alrededor de un tercio del total de los recursos serían destinados sólo al 20% más rico. Si calculamos la proporción entre lo que reciben los más ricos, versus los más pobres, vemos que los estudiantes pertenecientes al quinto quintil recibirían, en promedio, 2,5 veces más que los pertenecientes al quintil más pobre.
Si separamos los montos a repartir según el tipo de institución a la cual asiste el alumno (educación universitaria y CFT +IP), se observa que esta proporción aumenta en el caso de la educación universitaria: del total de USD$3.600 millones que correspondería entregar a los alumnos matriculados en universidades, USD$1.149 millones serían destinados a financiar los estudios de los más acomodados, versus los USD$ 393 millones que se destinarían a los estudiantes del primer quintil. En otras palabras, los estudiantes universitarios más ricos recibirían 2,9 veces más que los más pobres.
Resultados por dependencia de colegio de origen
La mayoría de los alumnos del sector particular pagado asiste a universidades, así como es el sector municipal el que asiste en mayor medida a centro de formación técnica e institutos profesionales. Lo anterior significa que, bajo el escenario de educación superior actual, los alumnos del sector municipal en promedio se llevarán los menores beneficios de implementarse la gratuidad universal en comparación con los estudiantes del sector particular subvencionado y pagado, toda vez que los aranceles de las carreras donde asisten estos jóvenes son menores. Tomando en cuenta el tipo de establecimiento del que provienen los jóvenes y las distintas carreras a las que asisten, se calculó el arancel promedio para cada tipo de estudiante que cubriría la gratuidad. Mientras la gratuidad para un alumno que proviene del sector municipal corresponde a un aporte financiero del Estado de $1,9 millones, para quienes provienen del sector particular pagado corresponde a un aporte de $3,7 millones por alumno, lo que casi duplica al sector municipal.
Costo de la gratuidad para el 70% más vulnerable
El costo bruto de la gratuidad para el 70% más vulnerables es de USD$ 2 mil 963 millones anuales Por otra parte, el costo incremental (costo total restando el costo de las becas y créditos) de implementar una política de gratuidad es de USD$ 1.600 millones al año.
Este estudio toma como punto de referencia la actual composición del sistema de educación superior, sin considerar que una política de gratuidad universal podría tener efectos significativos sobre la demanda, toda vez que existan jóvenes que teniendo educación gratis, decidan asistir a establecimientos que imparten carreras universitarias o técnicas. Por lo tanto es importante tener en cuenta que los resultados analizados en este trabajo, corresponden a un escenario “base”, es decir, se enmarcan en el contexto más conservador.
Ver estudio completo de AcciónEducar