La Tercera: Avances y críticas: el debate por el proyecto de ley que unifica la evaluación docente y termina con algunas causales de despido

Hoy hay dos herramientas vigentes para medir a los profesores, por lo que el Mineduc ingresó un escrito que busca que el Sistema de Desarrollo Profesional Docente sea el único de aquí en más. Esto terminaría con las causales de despido contenidas en el Artículo 70 del Estatuto de los Profesionales de la Educación -la medición que se busca eliminar-, lo que ha dado paso a críticas y advertencias.

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“Como Mineduc presentamos al Congreso un proyecto de ley que permitirá a nuestro país contar con un sistema unificado de evaluación a la docencia, más justo, coherente y eficiente”.

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, anunciaba así que su cartera había ingresado a fines de enero un proyecto de ley que busca poner fin a la denominada doble evaluación docente. Con esto, el Mineduc cumplía con una promesa que, en distintos tonos, el propio secretario de Estado había esbozado cada vez que tuvo la oportunidad: contar solo con un sistema de medición para los profesores de todos los establecimientos que reciben financiamiento del Estado.

En concreto, este proyecto de ley, del que no han sido dados a conocer oficialmente sus detalles, busca reducir a uno los dos procesos paralelos que hoy existen: el Sistema de Desarrollo Profesional Docente (SDPD), o Ley 20.903, y el Artículo 70 del Estatuto de los Profesionales de la Educación (Evaluación Docente), o Ley 19.070. La idea es dejar solamente el primero, con algunas modificaciones.

Actualmente, los profesores de establecimientos municipales y de Servicios Locales de Educación Pública son evaluados por esos dos sistemas, mientras que los de colegios particulares subvencionados y de administración delegada solo rinden el SDPD. En general, expertos y políticos de todas las trincheras coinciden en que rendir ambas herramientas es redundante. Las diferencias de opinión se producen a la hora de hablar de las consecuencias, sobre todo las negativas tras una mala evaluación.

Hoy, por ejemplo, según el Artículo 70 del Estatuto Docente (la herramienta que se busca eliminar), “cada vez que un profesional de la educación resulte evaluado con desempeño insatisfactorio, deberá ser sometido al año siguiente a una nueva evaluación, pudiendo el sostenedor exigirle que deje la responsabilidad de curso para trabajar durante el año en su plan de superación profesional (…). Si el desempeño en el nivel insatisfactorio se mantuviera en la segunda evaluación consecutiva, el profesional de la educación dejará de pertenecer a la dotación docente”. La consecuencia -el despido- es automática en este caso tras dos malas evaluaciones.

En tanto, el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, que tiene cinco niveles -tres esperados y dos voluntarios- que se deben ir escalando (Inicial, Temprano y Avanzado; Experto I y Experto II), señala que el profesional de la educación que perteneciendo al tramo Inicial obtenga resultados de logro profesional que no le permitan avanzar de nivel en dos procesos consecutivos, “deberá ser desvinculado y no podrá ser contratado en el mismo ni en otro establecimiento educacional donde se desempeñen profesionales de la educación que se rijan por lo dispuesto en este título”. Lo mismo corre para quienes estén en el tramo Avanzado, aunque ellos, además, perderán su reconocimiento de tramo en el SDPD y su antigüedad, pudiendo ser contratado nuevamente dos años después, ingresando en el tramo Inicial. Sin embargo, el eventual despido en este caso es menos estricto, ya que depende del director del establecimiento en que se desempeña el docente.

Las diferencias en las consecuencias de uno y otro sistema son, como se ha dicho, donde chocan las miradas de los actores educativos. Y es que el proyecto de ley, al terminar con la evaluación docente, terminaría también con esa vía de despido.

El debate y las críticas

Terminar con la doble evaluación docente significa terminar con las causales de despido”, dijo apenas conocida la noticia Carlos Díaz, presidente del Colegio de Profesores.

Luego de estas palabras asomaron las primeras críticas y aprensiones. “Pareciera ser entonces, que una vez más, vienen por su tan anhelado deseo de mantener a los malos profesores dentro del sistema, eliminando la causal de despido por malas evaluaciones reiteradas. Recordemos que esto ya lo intentaron en el año 2021 y no prosperó. Luego pretendieron incluirlo también en la Ley Miscelánea, pero finalmente fue retirado”, señaló, por ejemplo, Borja Besa, asesor legislativo de Acción Educar, en una columna en este medio.

Pero no son las únicas voces que se alzan: “Ante la falta de información precisa sobre el proyecto de ley, es importante estar atentos a si este termina con las causales de término de la relación laboral en caso de mala evaluación de los profesores. Esa causal apunta a mantener un estándar de calidad necesario para asegurar una educación que beneficie a todos los alumnos y existen altísimas presiones para que, bajo el pretexto de terminar con la doble evaluación, se termine también con causales de término de la relación laboral que apuntan a cuidar una educación de calidad”, expone Raúl Figueroa, exministro de Educación y actual director del Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello.

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