Académicos discrepan en la factibilidad de medición del mérito académico en alumnos del sistema escolar.
El proyecto de ley “admisión justa” anunciado el pasado viernes por el Presidente Sebastián Piñera y la ministra de Educación, Marcela Cubillos, ingresa hoy al Congreso con el objetivo de modificar el actual sistema de admisión escolar, incluyendo la selección por mérito académico. Sin embargo, la propuesta recibió amplias críticas (ver nota principal), principalmente por restablecer ciertos parámetros que la ley de inclusión, creada por Michelle Bachelet, eliminó. “La educación es un derecho y por lo mismo, el reconocimiento al esfuerzo y el mérito también lo es”, indicó Cubillos.
El Liceo Augusto D’Halmar (Ñuñoa), establecimiento que actualmente tiene desde hace cuatro años el primer lugar municipal en resultados PSU y tercero a nivel nacional, se basa en el modelo educativo integral. A través de un test de habilidades, el colegio selecciona a los alumnos que obtengan sobre el 50%, de un total de 40 puntos. Para su rector, Jaime Andrade, el proyecto admisión justa “es positivo porque aplicar la ley de Inclusión a los colegios que han hecho un esfuerzo y trabajado desarrollando buena educación, es un despropósito. Esta modificación sería nivelar para abajo en aquellos colegios”.
Ernesto Treviño, experto en educación de la U. Católica, explicó que un sistema de admisión mediante selección se rige por dos características: mide habilidades, o sea la capacidad autónoma de aprender, y características socioculturales o económicas del grupo familiar, es decir, el apoyo de su entorno, lo cual permitiría solventar las dificultades durante la etapa escolar.
Para Treviño, reestablecer la selección marca un retroceso. “Si uno ve la selección desde el punto de vista de la justicia, no tiene razón de ser. ¿Qué mérito puede tener un niño de preescolar o de 10 años que es elegido? Decir que existe es como una fake news”.
Carola Flores, experta de la U. Alberto Hurtado, concuerda con esta idea, señalando que “el efecto del origen sociocultural en el logro académico es difícil de medir en tanto es necesario tomar en cuenta el llamado efecto composición, que se refiere a la ganancia adicional de compartir un entorno social más próximo con otros igualmente aventajados. Estamos lejos de poder medir el mérito escolar e incorporarlo en los métodos de selección. Sería un error”.
Sin embargo, el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, discrepa de este análisis. “Efectivamente en promedio todos los test estandarizados están altamente correlacionados con el nivel socioeconómico, pero eso no implica que todas las personas del mismo ingreso tengan los mismos resultados, notas o aprendizajes. Decir que el mérito no existe equivale a decir que toda evaluación educacional es falsa. Y creo que es paternalista llamar de esa manera el resultado de un esfuerzo personal de un estudiante, independiente de la forma de medirlo”.