La Tercera: Valdés rectifica; “No hay ninguna duda” que se llegará a la gratuidad universal

Ministro de Hacienda aclaró que el camino al beneficio en educación superior “está garantizado”.

Por P. Fierro y M. Miranda

“Quiero decir con todas sus letras que la Presidenta decidió que el proyecto de ley que enviamos tiene, sin ambigüedades, el camino hacia la gratuidad universal y si se aprueba este proyecto está garantizado que Chile va a llegar a la gratuidad universal”, dijo ayer el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés en un seminario en la Sofofa.

Enfático, el secretario de Estado recalcó que quería ser bien claro respecto a que se llegaría a la gratuidad, aludiendo a “ciertas confusiones” en los medios tras sus dichos del martes. En efecto, al presentar el proyecto en la Cámara Baja, Valdés había señalado que a futuro, el país debía decidir si destinaba todos los recursos a avanzar en educación superior, o hay otras necesidades que también compiten.

Así, un día después insistió en que “el proyecto de ley propone cómo se va hacia allá (gratuidad universal) y, por lo tanto, no hay ninguna duda que en algún momento llegaremos a eso”.

Recursos

Una vez conocido el proyecto de gratuidad para la educación superior, surgieron dudas desde el mundo político y económico respecto de su consecución, dados los recursos finitos de la reforma tributaria de 2014, que ya se observan superados.

En efecto, cuando se presentó el proyecto de reforma tributaria se planteó una recaudación de US$ 8.200 millones, lo que equivalía a 3,02% del PIB.

Pero ese monto global no sería destinado en su totalidad a educación, sino que se compartirían los recursos con la implementación de otras políticas y programas que apuntaban a disminuir la desigualdad, específicamente en materia de pensiones y salud, incluso se sumó como objetivo la necesidad de eliminar el déficit estructural.

Así, en mayo de 2014, el entonces ministro de Hacienda Alberto Arenas, precisó que a educación se destinarían US$ 5.500 millones de la reforma tributaria.

Desde entonces hasta ahora han pasado poco más de dos años y los proyectos de la gran reforma educacional comprometidos ya están en el Congreso. Estos son: educación superior, carrera docente, desmunicipalización; educación parvularia e Inclusión, que elimina el copago, el lucro y la selección de los colegios que reciben aportes del Estado. Todas ellas en conjunto, según sus respectivos informes financieros, totalizan en régimen US$ 7.143 millones, al cierre del dólar de ayer, es decir, $ 662,79.

Así, los US$ 5.500 millones de la reforma tributaria que el gobierno decidió destinar exclusivamente a los proyectos educacionales se quedarían cortos.

Para el director ejecutivo de Acción Educar, Raúl Figueroa, el gasto en exceso se explica porque “cuando se propuso la reforma educacional, el gobierno no tenía una estimación, ni siquiera cercana, del gasto que su propuesta significaba. Se señaló que la reforma tributaria iba a servir para financiar la reforma educacional, pero no se sabía cuánto iba a costar y esa realidad queda demostrada al sumar los proyectos que están aprobados y los que siguen en trámite, que exceden por mucho la parte de la reforma tributaria que se dijo se iba a usar en educación”.

Una visión compartida por la economista de LyD, María Paz Arzola, quien añade otro elemento a considerar y que hace aún más difícil el logro de la meta. “Hay un descalce importante entre los años en que se generan los mayores ingresos provenientes de la reforma tributaria y los períodos en los que las distintas leyes comenzarían a entrar en vigencia y tendrán un mayor gasto”, dice.

La diputada Camila Vallejo (PC), señaló que “no sé si esto tiene que ver con una mala proyección o con la negociación que se tuvo que dar con aquellos que no querían una reforma tributaria. Le pido a Hacienda que no se cierre a buscar otros mecanismos para alcanzar los objetivos planteados en el programa gobierno”.

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