Más de 17 mil jóvenes quedaron sin esta ayuda porque excedieron el plazo formal para terminar sus estudios.
¿Qué pasa con la gratuidad cuando el alumno se cambia de carrera? ‘Actualmente la gratuidad les cubre a los estudiantes la matrícula y el arancel durante la duración formal de toda su carrera, y permite que puedan cambiarse por una vez de carrera. En ese caso, se descontarán los años que ya se financiaron de la primera carrera’, explica el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas.
La ‘duración formal’ se entiende como el promedio de la extensión de cada carrera según lo que informan las instituciones que la imparten, sumando el plan de estudios y el proceso de titulación. La mayoría de las carreras universitarias en Chile dura formalmente 10 semestres (5 años). Ann Fleet, jefa de Gestión y Proyectos en la Dirección de Bienestar y Desarrollo Estudiantil de la U. de Chile, complementa: ‘El estudiante debe tener claro que si se cambia de institución al primer año, por ejemplo, queda con un año del beneficio utilizado.
Obviamente le va a faltar un año de gratuidad en la próxima carrera’, advierte. Existe una forma de evitar perder ese tiempo. ‘Si el alumno alcanza a suspender estudios (congelar) y presenta la suspensión al Mineduc, resguarda ese año y le queda el beneficio completo’, asegura Fleet. ¿Se acaba el beneficio por atrasarse en terminar la carrera? ‘En 2019, más de 17.000 estudiantes no renovaron gratuidad porque excedieron la duración formal de su carrera.
Esta cifra representa menos del 5% de todos los beneficiados con la gratuidad este año, que fueron más de 383.000; de ellos, casi la mitad accedió al Crédito Fondo Solidario para terminar sus estudios, por lo que aún cuentan con un apoyo del Estado’, destaca el subsecretario Vargas. Ann Fleet advierte que postular a ese crédito -lo que significa llenar nuevamente la Ficha Única de Acreditación Socioeconómica (FUAS)- no garantiza que el alumno lo obtendrá.
‘Estos beneficios no están asegurados, porque el estudiante va a ser reevaluado. Nosotros en la U. de Chile tenemos 13.301 estudiantes con gratuidad; de ellos, 724 perdieron el beneficio por expiración y sólo 71% pudo acceder a Fondo Solidario para financiar el período de extensión’, grafica. ¿Cuánto debe pagar el alumno que se atrasa y queda sin gratuidad? ‘Este año la Contraloría dictaminó que -sólo para 2019- las instituciones adscritas a la gratuidad podrían cobrar a sus alumnos que hubiesen excedido la duración formal de sus carreras el 100% del arancel regulado, lo que finalmente hicieron pocas instituciones, ya que la mayoría cobró el 50%.
A partir de 2020 se aplica la Ley de Educación Superior, que establece el cobro máximo del 50% del arancel regulado a los jóvenes que tuvieron gratuidad pero excedieron la duración formal de su carrera’, aclara el subsecretario. El arancel regulado es un promedio que establece el Estado sobre la base de la cantidad de años de acreditación de las instituciones y por grupos de carrera.
Por ejemplo: Ingeniería Comercial en las universidades con 7 años de acreditación tiene un arancel regulado de $3.980.171 anuales. Una de las instituciones que cobra el 50% del arancel regulado a los atrasados es la U. de Chile. ‘Lo aplicamos buscando un mecanismo de apoyo a esos estudiantes, que entendemos que extienden sus carreras porque vienen con un déficit socioeducativo desde la enseñanza media, no porque no sean talentosos’, destaca Fleet.
Carreras muy largas
Uno de los factores que llevan a perder la gratuidad es excederse en la duración de los estudios. Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, dice que en Chile la extensión de las carreras es mayor en comparación con los países de la OCDE. ‘Eso se debe a que nuestro sistema está estructurado en base a títulos profesionales y no a grados académicos, como ocurre en la mayoría de los países miembros’, aclara.
‘Más que hablar de acortar las carreras, debiéramos discutir si efectivamente un sistema de títulos, que conlleva carreras largas, es preferible y está entregando una mejor certificación que uno en base a grados académicos, que permite carreras más cortas y por tanto también un menor costo. De todas maneras, esto no necesariamente soluciona el problema de la sobreduración, ya que se debe a múltiples factores, según el tipo de carrera, el financiamiento o la vocación. Por ejemplo, en el caso de los IP y CFT, a pesar de ser carreras más cortas, tienen una sobreduración del 30%, similar a lo que ocurre en las universidades’, sostiene.